Parece que Alejandra Silva (38 años) -o Gere, tal y como figura ahora en su usuario de Instagram- está dispuesta a demostrarle a Richard Gere (71) todo lo bueno que tiene España por ofrecer. Y para cumplir este objetivo nada mejor que trasladarse a Galicia, la comunidad autónoma donde creció la activista.

Concretamente, el matrimonio ha viajado hasta Oleiros (La Coruña), acompañado de sus dos hijos en común: Alexander (3), nacido en 2019, y el benjamín de la familia, que llegó al mundo durante la pandemia y del que no se conoce ningún dato. Además, a estas vacaciones se ha sumado Albert, primogénito de Alejandra, fruto de su relación con el empresario Govind Friedland.

Alejandra Silva y Richard en un acto público en noviembre de 2015. Gtres

Como cualquier otra familia que visita el país de uno de sus miembros, Richard, Alejandra y los niños han aprovechado para compartir tiempo con los allegados de esta y para visitar lugares típicos de la localidad donde conocer la suculenta gastronomía de la zona. Una de las paradas que han realizado en su ruta gallega es el restaurante El Refugio, donde el periódico La Voz de Galicia afirma que se les vio cenar junto a Paola García-Vaquero, madre de Alejandra, y otra acompañante.

Este lugar es muy reconocido por su oferta de marisco local, entre otros productos se pueden degustar ostras, centollos, almejas o percebes. Sin embargo, sorprendentemente, nada de esto fue lo que más llamó la atención del actor de Hollywood. El protagonista de Pretty Woman quedó fascinado por otra joya de la cocina nacional, el aceite.

Así lo ha confirmado a Cope Alfredo Castrelo, socio del local y quien tuvo el placer de coincidir con la famosa familia en local. El hostelero afirma que el actor probó varios tipos del bien llamado oro líquido. Quizás, la peculiar elección gastronómica del intérprete se debe a su confeso vegetarianismo que, de seguirlo estrictamente, no le permitiría el consumo de los deliciosos mariscos que ofrece la costa gallega.

Este plan, que tuvo lugar el sábado 14 de agosto en el ilustre local, no fue el único que giró en torno a la comida, pues al día siguiente, el domingo 15, la familia se reunió alrededor de una sardinada. Eso sí, lo hizo de manera más íntima. Esta vez escogieron una de las propiedades que la familia de Alejandra tiene en la zona para organizar la cita y en este encuentro, según publica ¡HOLA!, se sumaron a los integrantes de la reunión del día anterior, el poderoso padre de la activista, Ignacio Silva (66) y su abuela, Carmiña.

La familia Silva posee algunos inmuebles en la zona, entre ellos su lujosa residencia oficial que tiene acceso directo a la playa del Bastiagueiro. Según la describen los medios locales, se trata de un amplio chalé con privilegiadas vistas a la bahía. Un lugar idílico donde la familia podrá descansar y pasear por la playa, tal y como ya han hecho, según testigos de la zona.

Alejados temporalmente de la tumultuosa vida del séptimo arte, la familia ha querido disfrutar de la tranquilidad. Y es que, sin duda esa es su intención, ya que según recogen algunos medios gallegos se ha visto pasear por el pueblo a los célebres visitantes, tratando de no ser reconocidos.

Para ello, el actor se ha protegido con un sombrero. Sin embargo, ha errado en su intento y ante las preguntas de los lugareños ha rechazado amablemente fotografiarse con ellos. Y esto no quiere decir de ningún modo que el actor no sienta pasión por España. "Es la tierra de Reyes y Reinas, la tierra de Cervantes y Buñuel… ¡Insuperable!", así describía para ¡HOLA! el país natal de su mujer.

Una relación sólida

El romance entre Alejandra y Richard surgió en 2014 cuando el actor se alojó en uno de los hoteles que la familia de esta regenta en Positano. A pesar de todos los impedimentos, el amor ha sido más fuerte y tuvo la energía para vencerlos. No fue óbice para iniciar la relación la distancia entre Nueva York, donde él vivía, y Madrid, la residencia de ella. 

Alejandra, paseando con su hijo, en una foto de Instagram. Redes sociales

Tampoco los procesos de divorcio en los que los dos estaban inmersos en aquel momento y, por supuesto, a ninguno de los dos les importó la diferencia de 33 años de edad. En 2018 se casaron, primero por lo civil y después en un gran evento que la pareja organizó en la finca que el intérprete posee en Nueva York. El nacimiento de sus dos hijos en común culminó la felicidad de esta familia intercontinental.

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