Zeynab Javadli junto a sus tres hijas en una imagen de Twitter.

Zeynab Javadli junto a sus tres hijas en una imagen de Twitter.

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La exmujer de un jeque de Dubái pide ayuda a la ONU para mantener la custodia de sus hijas

Zeynab Javadli estuvo casada con un jeque de la familia real dubaití y lleva varios años denunciando el acoso que sufre. 

11 octubre, 2022 16:35

Hace más de dos años que Zeynab Javadli (31 años), exesposa del jeque Saeed bin Maktoum bin Rashid Al Maktoum, sobrino del actual emir de Dubái y miembro de la familia real, comenzó a denunciar el acoso de su expareja, con quien se casó en 2015. Según narró en diferentes vídeos que compartió a través de sus redes sociales, este no solo habría abusado de ella y la habría maltratado -por lo que se marchó del palacio en el que vivía con él-, sino que también quería quitarle la custodia de las tres hijas que tienen en común. 

Tras una larga temporada sin saber nada de ella, la exgimnasta azerbaiyana ha vuelto a la actualidad después de que sus abogados hayan presentado una solicitud al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Un documento firmado por la propia Zeynab en el que pide al Consejo que intervenga ante las autoridades de los Emiratos Árabes para garantizar su propia seguridad y la de sus tres hijas. En el mismo, se afirma que la joven ha sufrido acoso, abusos e intimidación por parte de las autoridades del país árabe durante la larga batalla legal que la ha enfrentado con el jeque por la custodia de sus vástagos en común. 

Por su parte, los letrados que defienden los intereses del jeque Saeed argumentan que Javadli no es apta como madre, algo que ella ha negado tajantemente.

En total, el documento cuenta con 50 páginas en las que la azerbaiyana relata que ha sufrido varias redadas policiales, citaciones y también órdenes de arresto que se han convertido en parte de su día a día. Así mismo, afirma que sus padres fueron atacados y agredidos cuando la policía de Dubai irrumpió en su casa hace dos años.

"La señora Javadli se ha enfrentado a un proceso judicial manifiestamente injusto, discriminatorio y sesgado", se puede leer en la solicitud y es que, según desvela no solo se le otorgó la custodia a su exmarido sin pasar por el "debido proceso", sino que la única decisión judicial que era favorable para ella fue modificada "sin la debida justificación" a los pocos días de ser emitida.

"Por favor, ayúdenme. Mis hijas y yo estamos aterrorizadas, tememos por nuestras vidas y seguridad", se la escucha decir en un vídeo al que ha tenido acceso en exclusiva la BBC. "No tengo hogar, estoy atrapada en un hotel de Dubái con mis hijas y no podemos salir por temor a que me arresten y me las quiten", continúa la exdeportista, que lleva desde 2019 sin poder salir de la ciudad emirato ya que teme que, si abandona el país, es posible que nunca las vuelva a ver.

Una relación discreta

Hay pocos datos sobre la relación entre Zeynab y Saeed bin Maktoum y es que todos los miembros de las familias gobernantes emiratíes guardan con celo su vida más privada. Sin embargo, se sabe que se conocieron en el año 2015 durante una competición de tiro que tuvo lugar en la ciudad de Gabala, en Azerbaiyán. 

En ese momento, el jeque ya tenía dos esposas y nueve hijos. La primera de ellas, una prima suya y, la segunda, una camarera de originaria de Minsk, en Bielorrusia llamada Natalia Aliyeva y a la que conoció en un hotel. Pese a esto, Zeynab Javadli no dudó en decirle que sí cuando le preguntó si quería ser su tercera mujer.

La boda tuvo lugar apenas unos meses después y la joven pasó de ser una famosa atleta en su país natal -se dedicó durante años a la gimnasia rítmica- a residir en villa de lujo en Dubái. Tan solo un año después, dieron la bienvenida a su primera hija, Sana. Al año siguiente nació Asiya y, en 2019, Salama. 

Todo parecía ir bien hasta que en 2020 Zeynab publicó un comentado vídeo en su cuenta de Instagram en el que, entre lágrimas, pedía ayuda mientras unos hombres, supuestamente enviados por el jeque, entraban en su propiedad. Desde entonces, la joven lucha por la custodia de sus hijas e intentar abandonar el país.