El pasado 17 de abril un desgarrador mensaje de la princesa Basmah de Arabia Saudí (56 años) sorprendía al mundo por la crudeza de su grito y su petición de auxilio a su familia, la misma que la ha encarcelado. Es la hija pequeña del rey Saúd bin Abdulaziz Al Saúd, que fue jefe del Estado del país entre 1953 y 1964. La princesa se encuentra en una prisión de alta seguridad junto a una de sus hijas, Sohd Al-Sharift desde hace más de un año.

Hace dos semanas consiguió emitir su primer mensaje a través de su cuenta de Twitter en la que desveló su difícil situación hasta ahora desconocida. Según indicó en sus línea, los responsables de su encarcelamiento no son otros que su tío el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud (84) y a su primo, Mohamed bin Salman (34). El motivo de su 'secuestro' se debe a la faceta reivindicativa que lleva mostrando Basmah en los últimos años a lo largo y ancho del planeta, ya que en sus discursos critica duramente a la monarquía y da voz a la dura situación de la mujer en su país.

Basmah permanece en la cárcel con una de sus hijas desde principios de 2019.

"Como quizás ya muchos de ustedes sepan, actualmente estoy detenida por una arbitrariedad en la prisión de Al Hayer sin haber sido acusada penalmente. Mi salud se está deteriorando gravemente, lo cual podría provocarme la muerte. No recibo ninguna atención médica ni tampoco respuesta a las cartas que envié al Palacio Real. Fui secuestrada, junto con una de mis hijas sin que se me diera explicación alguna y fui encerrada en prisión a principios de 2019", detallaba en su primer escrito en redes.

Sin embargo, este 30 de abril ha publicado un segundo tuit en el que se dirige a las autoridades principales de Arabia Saudí y en concreto a la realeza que, según ella misma expresa, es la causante de su encierro. En este nuevo texto pide "misericordia" y piedad a su primo y a su tío para que su liberación se haga efectiva lo antes posible tras 14 meses en la sombra.

"En este mes de misericordia, nuestro sagrado Ramadán, apelo de nuevo a mi tío y a mi primo, el príncipe heredero, para que encuentren en sus corazones el sentido de la justicia que debe impregnar a todo musulmán en Ramadán y que recuerden a su pariente detenida arbitrariamente en las peores condiciones posibles, pese a los servicios rendidos al Reino (saudí)", escribe en sus redes sociales, único medio al que tiene acceso durante su cautiverio.

"Pasaré el mes en la prisión de Al Hayar a menos que mi tío y mi primo decidan liberarme", expone en este escrito público. Esta vez ha querido recalcar la responsabilidad de sus familiares en esta situación que viven tanto ella como su hija, y ruega a los poderosos que escuchen su petición de socorro internacional.

Al mismo tiempo que hace saber su inocencia, expone su débil estado de salud que va sufriendo estragos poco a poco: "Fui secuestrada junto con mi hija Sohd Al-Sharif. La cárcel de Al Hayar nos ha informado reiteradamente de que no se han formulado cargos contra nosotras ni hay una investigación en curso. Mi salud se sigue deteriorando, lo que me puede llevar a la muerte. Estoy muy grave", concluye.

[Más información: El desgarrador mensaje de la princesa Basmah, encarcelada hace un año por su primo el heredero]