No queremos parecer adivinas, pero se suele cumplir. Cuando la Reina Letizia (47 años) estrena modelo para el primer acto del año solemos tener, estilísticamente hablando, unos doce meses bastante buenos.

La mañana del seis de enero tienen que madrugar mucho en Zarzuela. Si los Reyes quieren abrir los regalos de los Reyes Magos con sus dos hijas antes de irse al Palacio Real para presidir la Pascua Militar, el despertador real tiene que sonar bastante pronto.

El protocolo de la Pascua Militar, como cualquier acto castrense, es bastante serio: mujeres de largo y hombres con uniforme de gala. Letizia no ha querido faltar a las normas y ha estrenado un vestido de corte chaqueta largo, como manda protocolo. En esta ocasión, Letizia ha apostado por una sútil a la par que sexy apertura lateral en el vuelo de su vestido, que ha dejado a la luz sus estilizadas piernas. 

Letizia y la abertura de su falda. Gtres

El acto ha comenzado con la llegada de los Reyes a la Plaza de la Armería, donde han sido recibidos por Pedro Sánchez (47) que vive estos días unas jornadas muy intensas en medio del proceso de investidura. Junto a él se encontraban Margarita Robles (63) y Fernando Grande-Marlaska (57). La banda de música de la Guardia Real ha tocado el himno nacional y posteriormente el rey ha pasado revista a una formación de guardas reales. Posteriormente se han trasladado a la Saleta Gasparini del Palacio Real para saludar a los invitados.

Letizia ha elegido uno de los colores que junto con el rojo, más le favorece: el classic blue, que además es el color pantone del año. El vestido no puede ser más sencillo, ya que se trata de un traje cruzado imitando una chaqueta, con un solo botón con stras en un lateral a modo de cierre. De manga larga y hasta escote en pico, tiene cierto atrevimiento y modernidad sin dejar de cumplir lo que las normas piden.

Las aguamarinas de Bvlgari que ha lucido la Reina. Gtres

Además, como algo inusual la Reina ha decidido llevar el pelo recogido, peinado que reserva normalmente para la noche, pero que esta mañana de enero, era justo y necesario.

Como joyas la esposa de Felipe VI ha sacado del joyero de Zarzuela nuestros pendientes favoritos: las aguamarinas de Bvlgari que estrenó en la cena preboda en mayo de 2004. Como complementos ha lucido unos salones de ante de Magrit a juego y se ha dejado el bolso en casa. Ojalá el año siga como ha comenzado.

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