Alba Flores, 39 años

Alba Flores, 39 años

Corazón

Alba Flores (39), sobre su infancia en Madrid: "Sufrí racismo en el colegio, me decían que comía comida de gitanos"

La actriz madrileña relata algunos de los detalles más secretos de su etapa escolar.

Más información: Así es la casa de Karlos Arguiñano (77) en el País Vasco: estilo rústico, cocina de lujo y valorada en 1 millón de euros.

Publicada

La historia de Alba Flores, la actriz española que hoy brilla internacionalmente por papeles como Nairobi en La casa de papel, no es solo la de un éxito artístico meteórico.

Detrás de su fama se esconde una infancia marcada por experiencias duras, lecciones de identidad y una reflexión constante sobre sus raíces y la sociedad en la que creció.

Nacida en Madrid el 27 de octubre de 1986 como Alba González Villa, pertenece a una familia emblemática del arte español: es nieta de la legendaria Lola Flores, hija del músico Antonio Flores y sobrina de artistas como Lolita y Rosario Flores.

Desde muy pequeña estuvo rodeada de música, teatro y una vida de constante creatividad y movimiento. Sin embargo, esa misma herencia tan rica también le trajo sombras que tuvo que afrontar con valentía.

Alba ha contado en varias entrevistas que su familia siempre fue muy artística y expresiva, con reuniones largas, música y muchas voces alrededor.

En su infancia, frecuentes escenas de canto y vida teatral eran la norma: "Mi familia me parecía muy pesada, siempre cantando", recordó con humor sobre sus primeros años.

Esa convivencia intensa con el arte formó parte de su ADN creativo, aunque de niña no siempre lo comprendía del todo.

Pese a esa exposición constante al mundo artístico, Alba no siempre tuvo clara su vocación. En su niñez y adolescencia llegó incluso a rechazar la idea de ser artista, quizá abrumada por la magnitud de su apellido y el peso de expectativas familiares.

No obstante, la semilla de la interpretación ya estaba sembrada y años después florecería con fuerza en teatro, cine y televisión.

Una de las revelaciones más profundas de Alba Flores ha sido cómo vivió su identidad gitana durante su infancia en el colegio.

En varias entrevistas, incluida una con Vanity Fair, la actriz no ha dudado en afirmar: "Yo sufrí racismo en el colegio".

Relató un episodio en el comedor escolar donde una compañera, tras preguntarle si era gitana, corrió a contar a los demás: "Tirad el plato, que estamos comiendo comida de gitanos".

Esa frase, inocente en apariencia, simbolizaba para ella el rechazo y la burla que vivió por su origen.

Alba ha explicado que, aunque hoy su popularidad hace que mucha gente "pase por alto que eres gitana", la discriminación no desaparece: "España es racista y machista porque esa es la educación que aún recibimos", reflexionó en esa misma entrevista, haciendo hincapié en la necesidad de una mirada más crítica hacia los prejuicios sociales.

Su experiencia no es recuerdo aislado, sino un punto de partida para una lucha más amplia contra el antigitanismo.

Los orígenes de Alba Flores

Desde que alcanzó notoriedad, Alba se ha puesto a disposición de organizaciones como el Secretariado Gitano de España para ayudar en causas que buscan visibilizar y combatir este tipo de discriminación estructural.

La infancia de Alba también estuvo marcada por un contexto familiar con luces y sombras. La muerte de su padre, el músico Antonio Flores, cuando ella era apenas niña, dejó una huella profunda.

En entrevistas recientes ha rememorado el intenso escrutinio mediático y la falta de respeto con que la prensa trató ese momento familiar, subrayando cómo esas experiencias también ayudaron a moldear su carácter crítico y su inclinación hacia las causas sociales.

Hoy, Alba Flores es mucho más que la actriz que interpretó a Nairobi; es una voz activa contra el racismo y el machismo, una mujer comprometida con las causas sociales y una figura pública que usa su historia personal para inspirar a otros.

Su infancia, con momentos de dolor y necesidad de adaptación, fue también el terreno donde se formó su resiliencia y su sensibilidad artística.

En definitiva, la historia de Alba Flores es la de una niña que aprendió a transformar el rechazo en fuerza, la tradición familiar en creatividad y las heridas del pasado en compromiso social.

Esa mezcla de autenticidad y talento, es sin duda, parte esencial de la actriz que hoy sigue conquistando al público dentro y fuera de España.