La 69 edición del Festival de Cannes ha arrancado y lo ha hecho empañado por la polémica. A la vez que el director y actor, Woody Allen, presentaba Café Society, calificada como una de las películas más bonitas del neoyorquino, su hijo, Ronan Farrow ha filtrado una carta al Hollywood Reporter acusando al cineasta de abusos sexuales. Asegura que su hermana Dylan había sido asaltada por Allen cuando ésta tenía 7 años. Una historia que ya había salido en los medios de comunicación en 2014 cuando la protagonista de estos supuestos abusos habló para el New York Times.

En aquel momento, la joven relató que Allen la tomó de la mano y la llevó a un oscuro desván en la segunda planta de su casa. "Me dijo que me tumbara boca abajo y que jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Entonces abusó de mí sexualmente. Él me hablaba mientras lo hacía, susurrándome que era una buena chica, que ese era nuestro secreto y me prometía que iríamos a París y me convertiría en una estrella de cine", explicó. Unas acusaciones que Allen consideró deshonestas y falsas.

La actriz Mia Farrow con Woody Allen y sus hijos Moses, Ronan y Dylan Farrow Gtres

Los Farrow ahora rescatan la historia y cuentan lo difícil que fue que alguien le diera voz a Dylan en los periódicos porque había muchos intereses en juego, y critican que enseguida que Dylan hablara se le diera espacio al presunto atacante, su propio padre. "Creo a mi hermana", afirma Ronnan, quien se lamenta en la carta por no haber estado al cien por cien con sella desde el principio por motivos profesionales.

Además cuestiona al Festival de Cannes por el buen trato que recibirá Woody Allen en él. "Habrá ruedas de prensa y un paseo ceremonioso por mi padre y su esposa (mi hermana). Tendrá a sus estrellas a su lado -(Kristen Stewart, Blake Lively, Steve Carell, Jesse Eisenberg). Además, pueden confiar en que la prensa no les hará las preguntas resistentes", asegura.

Woody Allen en el Festival de Cannes Gtres

Un silencio periodístico que Ronan califica de "peligroso". "Esto envía un mensaje a las víctimas de que no merece la pena avanzar. Esto envía un mensaje sobre quién somos como una sociedad, lo que pasaremos por alto, de quién no haremos caso, quién importa y quién no. Pero hay más trabajo por hacer para construir una cultura donde las mujeres como mi hermana son invisibles". "Es hora de hacer algunas preguntas difíciles", sentencia Ronan Farrow.

Pero de momento Woody Allen ha salido airoso porque ningún reportero en Cannes ha preguntado al cineasta por estas cuestiones. Quizás porque no es el lugar ni el momento o quizás porque ninguno se ha atrevido.