Los cuidados de las orquídeas se fundamentan en el riego, un aspecto importante en cualquier planta, pero más que vital en el caso de las orquídeas. Descubre a continuación por qué el exceso de agua puede ser mortal para una orquídeas sana. ¡Comenzamos!

Cómo cuidar una orquídea

Dada su procedencia tropical, las orquídeas necesitan un ambiente húmedo pero controlado. Ten en cuenta que estas plantas viven suspendidas de las ramas de los árboles, sobre piedras o apoyadas en las cortezas de los troncos en su estado silvestre.

Esto define bastante su comportamiento con respecto al riego ya que, en su estado natural, están acostumbradas a capturar el agua del ambiente a través de sus raíces. Algo que, durante las épocas de lluvias tropicales, no supone un problema al tratarse de raíces desnudas expuestas a la intemperie, pues no se forman depósitos de agua.

Pero, puesto que la mayor parte de las orquídeas no se tienen en casa igual que en estas condiciones naturales, existe una manera idónea de establecer una pauta de riego: la observación. Por lo tanto, la manera de saber cuándo necesitan agua las orquídeas blancas o de cualquier otro color, es mirando sus raíces.

Si observas a través de la maceta, las orquídeas azules nos estarán pidiendo agua cuando sus raíces tengan un tono gris plateado. Sin embargo, en el caso de que sus raíces no estén tan expuestas, debemos fijarnos en que sus pseudobulbos, es decir, los tallos de la planta, comenzarán a mermar.

Como consejo fundamental sobre cómo cuidar una orquídea, cuando adquiráis alguna variedad a la que no estéis acostumbrados, es importante preguntar sus características de riego. Y es que según la variedad necesitarán unos cuidados u otros. Por ejemplo, mientras que la Phalaenopsis no necesita periodos de descanso, para el Dendrobium es imprescindible pasar un poco de sed durante un par de meses en invierno.

Cómo regar las orquídeas

Las orquídeas azules o cualquiera que sea su color no son una planta al uso. Por este motivo, las orquídeas no se riegan como se haría con cualquier otra planta. Asimismo, si deseamos cultivar con salud una orquídea, es importante que nos olvidemos de colocar un plato con agua debajo o de regarla desde la parte superior. De lo contrario, estaremos contribuyendo a que se pudran sus raíces, algo que no tiene vuelta atrás y que lo identificaremos si adoptan un color marrón.

El método ideal para regar una orquídea es por inmersión, teniendo cuidado de que el agua no llegue nunca a mojar el centro de la planta, es decir, donde nacen las hojas. Tenlas unos 15 minutos sumergidas y deja que escurran el agua sobrante antes de volver a colocarlas donde estaban.

Un consejo muy importante con respecto a los cuidados de las orquídeas es que si vives en un clima con mucha humedad, además de espaciar los riegos tendrás que tomar otra precaución. Con cuidado de no dañar las raíces, realiza unos agujeros en la maceta para evitar la condensación en su interior, liberando el exceso de humedad para mantener sus raíces a salvo.

Consejos para regar tus orquídeas de forma correcta

  1. La mayoría de las personas que compran orquídeas blancas, azules o de otro color, no se informan bien sobre el tipo de orquídea que compran y cómo regarla de forma correcta. Algunos las riegan de más hasta ahogarlas, y otros de menos hasta secarlas. Es de vital importancia que aprendas a regarlas según su variedad.



  2. Las orquídeas, como hemos mencionado antes, viven en bosques tropicales entre las ramas de los árboles, manteniendo siempre sus raíces expuestas. Esto se debe a que son plantas espífitas, o lo que es lo mismo, que viven sobre otras plantas sin llegar a ser parásitos. Las orquídeas azules son preciosas, pero también lo son las de otros colores, y absorben el agua y los alimentos de la lluvia que se resbala sobre la corteza de los árboles a través de sus raíces aéreas, no de la tierra como la mayoría de las plantas. Por ello, sus riegos pueden variar dependiendo de donde se cultiven: dentro o fuera de casa, en un tiesto, un árbol, en una canasta colgante…



  3. Dentro de los cuidados de las orquídeas, otro factor que influirá en los riegos será el lugar donde las coloques. Para esto, debes tener en cuenta el tipo y la cantidad de luz que recibirá, así como la temperatura y humedad de ese lugar en particular. Si están en un lugar con poca luz o son épocas de más frío, se deben regar menos. Por el contrario, si están en una terraza con mucha luz y calor, necesitarán más riegos. Se deben regar menos en interiores que en exteriores, así que hazlo cada 6 o 12 días.



  4. Algunos medios o sustratos retienen más agua que otros, por lo que debes conocer el medio para saber cuanta agua puede retener. Entre los principales para plantar orquídeas blancas están los pequeños trozos de corteza de árbol, el musgo, la cáscara de coco, la perlita y el carbón vegetal. Si tu orquídea necesita más humedad utiliza musgo, en caso contrario, lo más seguro será la cáscara de coco. Para comprobar la humedad, puedes insertar un lápiz de madera dentro del sustrato. Al sacarlo, notarás en la marca que deja si el medio aún sigue húmedo o sale seco y necesita más agua.



  5. Cuando riegas durante la mañana, tus orquídeas absorben el agua mientras te aseguras de que los excesos se evaporen con el calor del día. Las noches suelen ser mucho más frescas y mantienen la humedad en el sustrato más tiempo, algo que no es conveniente pues el exceso de agua las aniquila.



  6. Cuando riegues tus orquídeas, seca con papel absorbente los excesos de agua entres las hojas y el tallo, podrían provocar pudrición en la planta, hongos y otras enfermedades.

También te puede interesar...