En España la carne de pollo es la carne fresca con el precio medio más económico. Por ello, el consumo por persona y año de carne de pollo es de 12,57 kilos. El pollo es tan versátil y se pueden elaborar tantas recetas con él, que es uno de los ingredientes más famosos y cocinados a nivel mundial. Y todo gracias a su exquisito sabor, así como la rapidez y facilidad para elaborarlo. Pero, ¿sabes cómo cocinarlo para evitar que el pollo quede seco?

Trucos para obtener un pollo jugoso

Uno de sus grandes problemas es que a veces no queda el pollo jugoso, incluso puede costar masticarlo. Por fortuna, en este post te mostramos que es posible cocinar pollo jugoso para elaborar deliciosos platos con infinidad de condimentos y acompañamientos. Si quieres descubrir cómo, sigue leyendo.

1. Cocina el pollo fresco

La carne del pollo contiene cierta humedad que se pierde al congelarlo y descongelarlo, por lo tanto es vital que lo compres el mismo día que lo vas a cocinar para evitar que te quede el pollo seco. De este modo, la carne se ablandará antes, absorbiendo y reteniendo mucho mejor los jugos del cocinado.

Si no tienes más remedio que utilizar pollo congelado, sácalo del congelador unas 12 horas antes de cocinarlo y pásalo al frigorífico, así no romperás la cadena de frío por completo. Recuerda que el pollo es bastante delicado en cuanto a bacterias se refiere, y el cambio de frío a calor puede causar su descomposición.

2. Marina el pollo

Otra técnica para evitar el pollo seco es marinarlo unas horas antes de cocinarlo. Esto es fundamental para prevenir que quede reseco. Según la mayoría de los chefs, debemos dejar reposar la carne del pollo en este marinado alrededor de 2 horas, ya que esto ayuda a ablandarla y aportarle más sabor.

Lo más apropiado es utilizar jugo de lima, limón o naranja, los cuales combinan a la perfección con el pollo, aunque también puedes optar por salsas como la de soja o la salsa inglesa. También tienes la opción de cocinarlo con trozos de limón o naranja por dentro acompañados de hierbas como romero, orégano o tomillo.

3. Corta el grosor del pollo de forma adecuada

En el caso de que vayas a cocinar varias piezas de pollo a la vez, intenta que todas ellas sean del mismo tamaño y grosor para evitar que algunas terminen muy cocinadas y se resequen o, por el contrario, queden poco hechas.

Además, es imprescindible escoger muy bien las partes del pollo que se pueden cocinar juntas. Por ejemplo, si cocinas pechuga cortada en filetes finos al mismo tiempo que un muslo de pollo con el hueso, la pechuga acabará muy tostada y el pollo medio crudo.

Otra opción para cocinar esta carne es deshuesar el pollo antes de marinarlo. Eliminar los huesos hará que la carne quede más nivelada, así el calor y los aderezos se distribuirán mejor por dentro. Este truco es perfecto para conseguir cocinar un pollo jugoso.

4. Temperatura para evitar el pollo seco

En todas las recetas con pollo, cocinar esta carne a la temperatura correcta puede marcar la diferencia entre un pollo dorado y jugoso y otro quemado y seco. Por lo tanto, ten en cuenta que si lo cocinas en sartén, lo importante es no sobrepasar la temperatura interna de 75ºC, pues a partir de ahí comienza a perder sus jugos y te quedará el pollo seco.

En el caso de usar el horno, se aconseja cocerlo a una temperatura de entre 170°C y 180°C para dorarlo sin quemarlo. Ten en consideración que el tiempo de cocción es de suma importancia para lograr un pollo jugoso. Se recomienda cocinar alrededor de 45 minutos por cada kilo de pollo, de manera que un ave de 2 kilos requiere de una hora y media o dos horas para cocinarse de forma óptima.

5. Mantequilla para conseguir un pollo jugoso

Gracias a la jugosidad y sabor exquisito que le aporta en el momento del horneado, este truco se ha convertido en uno de los más famosos entre los aficionados al pollo. Consiste en preparar una mezcla con mantequilla, varias especias y condimentos que se introduce entre la piel y la carne del pollo.

Este simple gesto consigue que se derrita la mantequilla con el calor y penetre en la carne, haciendo que el pollo adquiera un sabor espectacular y la piel quede dorada y extra crujiente. La mantequilla puedes condimentarla según tus gustos, sin embargo, aquí te dejamos una receta deliciosa y sencilla para disfrutar de un pollo jugoso.

6. Pollo con mantequilla condimentada

Para elaborar una de las recetas con pollo más deliciosas que has probado nunca, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • ½ taza de mantequilla con sal (en caso de que sea sin sal, debes añadírsela después)
  • Sal al gusto
  • Pimienta
  • Una o dos cucharadas de perejil
  • Dos dientes de ajo machacados
  • Una cucharada de aceite de oliva
  • Una cucharada de zumo de limón
  • La ralladura de un limón

En primer lugar, vierte la mantequilla en un bol y añade los demás ingredientes. Ten en cuenta que no tienen por qué ser esas cantidades, puedes agregar más o menos según tus gustos. A continuación, mezcla bien hasta conseguir una mezcla homogénea.

Una vez tengas el pollo en la bandeja para hornear, con ayuda de tus dedos separa con cuidado la piel de la carne para crear una especie de bolsita. Hazlo por todo el pollo, incluidos los muslos. Ahora, introduce poco a poco la mantequilla y ve frotando la carne con ella.

Cierra la bolsita de piel para evitar que la mantequilla se salga antes del horneado e introduce el pollo en el horno para hornearlo dependiendo de la receta que estés siguiendo. Este es un método efectivo con el que evitarás el pollo seco. ¡No esperes más para probarlo!

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