El calendario indica que es primavera desde hace días, pero el frío y las ganas de mantita y platos de cuchara se están resistiendo a marcharse después de una Semana Santa pasada por agua.

Y, si el cuerpo pide cuchareo, se lo vamos a dar con una receta rápida, rica, fácil de hacer, barata y sin muchos ingredientes. Un plato nutritivo a base legumbres, hortalizas y huevo que se puede tener listo en media hora sin más esfuerzo que el de picar unas verduras y enjuagar unos garbanzos.

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Admite casi todas las variantes que se te ocurran, yo he usado garbanzos en conserva, algo que siempre me gusta tener en la alacena, porque, con cuatro cosas más, te sacan de cualquier apuro. Pero estaría igualmente bueno si, en vez de garbanzos, usáramos unas alubias o unas lentejas. Así que ahí, al gusto de cada uno.

La base de este "potaje" es un sofrito de hortalizas, puerro, cebolla y pimiento rojo es lo que yo utilicé para el de la foto, pero no pasa nada si no tienes alguna de esas tres cosas y no se la pones, o si tienes una zanahoria que se va a poner pocha o una rama de apio triste en la nevera y les das un final digno incorporándolas al sofrito.

Las patatas son opcionales, pero sirven para dos cosas, sueltan almidón, haciendo que el caldo quede más espeso y reconfortante, y permiten estirar las raciones. Son trucos viejunos de abuelas, pero siguen siendo muy válidos.

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Para hacer los guisos de legumbres algo más nutritivos, a mí me gusta ponerles huevo duro picado, me gusta encontrar los trozos de huevo y me parecen una fuente de proteína barata, accesible y fácil de incorporar en cualquier plato. Si no se añaden huevos y se utiliza un caldo de verduras, tenemos unos garbanzos al curry con espinacas deliciosos que son aptos para veganos.

La pasta de curry amarillo no es muy picante, pero sí muy aromática y aporta muchos matices de sabor. Se conserva durante mucho tiempo en la nevera, por lo que es un buen recurso para tenerlo siempre a mano y poder preparar platos de este tipo en un momento.

La leche de coco en lata también es un producto de despensa muy versátil a la hora de preparar platos con sabores asiáticos. También aporta textura al caldo, pero no es 100 % imprescindible, se puede hacer el guiso utilizando solo caldo y, si queremos el caldo un poco más espeso, solo tenemos que triturar un poco de caldo con algún trozo de patata cocida y algunos garbanzos y devolverlo de nuevo a la olla. A mí me gusta cocinar con lo que tengo a mano en el momento y, si en alguna ocasión no tengo este ingrediente, no tengo problema en improvisar. Cocinar es eso.

Ingredientes

  • Pimiento rojo, 1 ud
  • Cebolla mediana, 1 ud
  • Puerro, 1 ud
  • Aceite de oliva, 2 cucharadas
  • Sal
  • Patatas medianas, 4 ud
  • Caldo de verduras o de pollo, 600 ml
  • Leche de coco, 400 ml
  • Tomate concentrado, 1 cucharada
  • Curry amarillo en pasta, 2 cucharadas
  • Espinacas frescas, 150 g
  • Huevos cocidos, 4 ud
  • Cilantro fresco picado, opcional
  • Tomates semisecos en aceite, opcionales

Paso 1

Lavamos y secamos el pimiento, pelamos el puerro y lo enjuagamos para asegurarnos de que no quedan restos de tierra y pelamos la cebolla. Cortamos todo en trozos menudos. Mi consejo es hacerlo en brunoise (unos 2 mm) o mirepoix (unos 5 mm), así se sofreirán antes y más uniformemente.

Paso 2

Ponemos a cocer los huevos en un cazo con agua hirviendo, los dejamos 9-10 minutos y los pasamos a un bol de agua con hielos.

Paso 3

En una cazuela ponemos a calentar el aceite de oliva a fuego medio-alto y pochamos las hortalizas con una pizca de sal hasta que estén tiernas.

Paso 4

Cuando las verduras estén tiernas y ligeramente doradas, añadimos la pasta de tomate concentrado junto con la pasta de curry y añadimos el caldo poco a poco, así nos resultará más fácil disolver ambas pastas y todo quedará más homogéneo. Añadimos también el bote de leche de coco.

Paso 5

Si esperar a que hierva el caldo, añadimos las patatas peladas y cortadas en dados, no muy grandes, de un par de centímetros como mucho. Dejamos cocer tapado a fuego medio durante unos 10 - 15 minutos hasta que las patatas estén casi listas.

Paso 6

Enjuagamos los garbanzos en conserva y los añadimos a la olla cuando las patatas estén casi listas. Añadimos también las espinacas lavadas y escurridas y dejamos cocer todo junto durante unos 5 minutos, para que se calienten bien los garbanzos y se cocine el vegetal.

Paso 7

Apartamos la olla del fuego, probamos y, si es necesario, rectificamos de sal. Podemos añadir los huevos duros picados, a mí es como más gusta comerlo, o podemos servir un huevo cortado a la mitad en cada plato, que queda como más cuqui. Una vez en el plato, se puede añadir algún topping, pero esto es totalmente opcional.

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Yo le he puesto unos tomatitos cherry semisecos en aceite que tenía por la nevera, porque me parece que el punto dulzón y umami del tomate seco o semiseco combina genial con los garbanzos y un poco de cilantro fresco que a este tipo de platos les da un toque muy refrescante, pero, por supuesto, si no te gusta esta hierba, no se la eches y estará igualmente perfecto.