Natalia Martínez Agencias

La rica y diversa despensa de Cataluña la tejen una red de productores procedentes de bodegas, granjas y corrales, de almazaras y molinos, de pequeños obradores, ferias y mercados. Todo ello conforma y se nutre de una serie de paisajes y tradiciones que se degustan a través de miles de sabores que la han convertido en Región Mundial de la Gastronomía 2025

A esta temporada que arranca le acompañan numerosas fiestas que celebran la eclosión de frutos que conforman su ADN. Ahora más que nunca es momento de recorrer, pasear y conocer, incluso, los rincones más insólitos del territorio que guarda un legado que combina la cocina doméstica con el gran número de restaurantes de alta cocina que la proyecta al mundo. 

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Experiencias gastronómicas

 
Como ocurre con muchos territorios de nuestra geografía, Cataluña está dibujada por un sin fin de recetas y recorrerla invita a sumergirse en todas ellas y empaparse de su esencia. Desde La Gastronòmica, una plataforma con un amplio catálogo con diferentes actividades para empresas y grupos, proponen maridajes de vinos locales con música de violín o con recitales de poesía, entre otras muchas experiencias.
Món San Benet , un proyecto de Fundación Catalunya La Pedrera, ofrece múltiples experiencias, talleres y actividades alrededor de a naturaleza, la cultura, la gastronomía y el arte de vivir. Cuentan también con alojamiento, no cualquiera, eHotel Món Sant Benet & Conference Centre, ubicado a 20 minutos de Montserrat, en plena naturaleza. Su restaurante L’Ó fue galardonado en 2013 con una estrella Michelin. Además, e12, 13 y 14 de octubre vuelven a celebrar el ÓH Festival en los Jardines de Món Sant Benet, tres días de música y gastronomía que contarán con los artistas Joan Dausà, Bluamut y Suu como cabezas de cartel.

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Experiencias enoturísticas

 
Cataluña es una región vitivinícola de peculiaridades propias. Sus viñedos e historia se enmarcan desde en los yacimientos más antiguos, hasta en monasterios medievales. Una tierra donde predominan los espumosos y los blancos, y que atesora un patrimonio rural tan interesante como el catálogo de sus fiestas populares.
El enoturismo permite descubrir el interior de bodegas monumentales y catedrales del vino modernistas mientras se prueban sus variedades. Sin ir más lejos, Cataluña dispone de 9 rutas del vino certificadas, ya preparadas para ser visitadas. Las bodegas ofrecen multitud de actividades para descubrir sus vinos a la vez que se conoce el territorio: puedes recorrer los tesoros escondidos en lagares de fermentación centenarios y  perderte por las construcciones medievales de Cellers d’Escaladei (DOQ Priorat) o visitar el Centro de Enoturismo exclusivo de Alta Alella (DO Alella), ubicado junto al Mediterráneo, a solo 10km de Barcelona. 

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Experiencia oleoturística

Cataluña también es aceite, el que baña su gastronomía. Existe un universo de molinos y productores que abren sus puertas y ofrecen la posibilidad de vivir una experiencia única aún por conocer. Uno puede ser el exclusivo aceite Nousegons (DOP Les Garrigues) con Hola Olive, organismo que ofrece servicios de turismo gastronómico con salidas a diferentes lugares de Cataluña. También se puede visitar un molino de aceite situado en una casa del s.XIII a través de una cata guiada de aceites monovarietales, mientras preparas y degustas la clotxa, un plato tradicional que los campesinos de la zona elaboraban cuando tenían aceite nuevo en Identitat Olive Oil (DOP Terra Alta).

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Fiestas enogastronómicas

En Cataluña se organizan más de 180 eventos enogastronómicos cada año y septiembre viene cargado de ellos. La Fiesta de la Verema de Alella (7-15 septiembre) ofrece clases magistrales de vinos, feria de artesanos, muestra gastronómica, correfoc, gigantes y baile. También en torno al vino está la Mostra de VIns i Caves de Catalunya (20-24 septiembre), escaparate de las Denominaciones de Origen catalanas en Barcelona que, con cerca de cuarenta bodegas, coincide con La Mercè.

Benvinguts a Pagès (30 septiembre y 1 de octubre) es una manera de enseñar a familias dónde nace lo que comemos, impulsando la economía de proximidad, mientras que Benvinguts a Pagès Tot l'Any propone actividades durante todo el año.