I. Sánchez
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La muerte de Guillermo Fernández Vara, expresidente de Extremadura, ha conmocionado a la política nacional y, sobre todo, a la extremeña. El fallecimiento se debió a un cáncer de estómago y ocurrió este domingo 5 de octubre, solo un día antes de cumplir los 67 años.

El propio político fue quien dio a conocer la noticia de que le habían detectado un tumor gástrico en diciembre de 2023. En marzo de 2024 pasó por quirófano para extirparlo y, desde entonces, recibió un tratamiento oncológico.

El cáncer gástrico fue el quinto más frecuente a nivel mundial en 2022, con 968.784 diagnósticos, lo que supone el 5,2% de todos los tumores, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

En España ocupa el décimo puesto y para este 2025 las estimaciones del mismo organismo calculaban 7.136 nuevos casos, con una clara predominancia masculina: 4.197 serían en hombres y 2.939 en mujeres.

La Clínica Universidad de Navarra señala en su página web que el pronóstico de esta enfermedad depende de varios elementos. Algunos de ellos son la edad del paciente, el tamaño del tumor, su agresividad y el tipo de tratamiento y cirugía que se pueda realizar.

Su supervivencia a los cinco años puede alcanzar el 68% en casos con el tumor localizado, aunque puede disminuir hasta el 20% o el 30%, según indica el centro médico. Además, "tiene una alta tasa de recidiva", lo que significa que es muy probable que vuelva a aparecer tras iniciar el período de remisión.

El cáncer gástrico se origina en la capa mucosa, la más interna del estómago, y desde ahí suele extenderse en profundidad atravesando la capa muscular y serosa (los otros dos revestimientos del órgano). Si sigue avanzando, puede propagarse por vía linfática o por el torrente sanguíneo.

Síntomas principales y factores de riesgo

Uno de los problemas en el diagnóstico es que los primeros síntomas de la patología se confunden con problemas menos graves, lo que retrasa el comienzo del proceso para detectarlo. Algunos de ellos son: dolor abdominal, náuseas frecuentes o problemas en la digestión.

Van acompañados de una pérdida de peso injustificada, pérdida de apetito y sensación de saciedad muy rápida. Es decir, el paciente se siente muy lleno con cantidades pequeñas de comida. Este último síntoma puede ser un signo de obstrucción o inflamación causada por el tumor, según la Clínica Universidad de Navarra.

La Asociación Americana del Cáncer advierte de que, si estos síntomas persisten en el tiempo, puede ser una señal de que en el estómago se está desarrollando un tumor.

En cuanto a los factores principales, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) menciona el tabaco y el consumo de alcohol como los más conocidos. No obstante, también destacan causas nutricionales y ambientales.

Otro origen importante es la infección por la bacteria Helicobacter pylori. Además, hay que tener en cuenta factores genéticos o familiares no modificables, aunque son menos frecuentes entre los pacientes diagnosticados.

La AECC resalta que el mayor peso recae en los factores de riesgo evitables y recuerda la importancia de acudir a la consulta de un especialista en digestivo ante dolor abdominal frecuente, reflujo gastroesofágico o ambos.

En cuanto al tratamiento, la opción fundamental sigue siendo la cirugía, que en estadios iniciales puede resultar curativa. Aun así, en la mayoría de los casos se suelen combinar distintas terapias, como la radioterapia, la quimioterapia, las terapias dirigidas y la inmunoterapia, según informa la asociación española. Esta última se ha incorporado desde hace cinco años.

A pesar de los avances en los tratamientos, la AECC subraya la importancia del diagnóstico como algo "fundamental" para una buena supervivencia. Consideran que todavía no es suficiente, ya que "desafortunadamente, no existe un programa de cribado o detección precoz".