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Se calcula que casi 1.300 millones de personas en todo el mundo padecen hipertensión arterial, lo que aumenta hasta un 49% el riesgo de enfermedad cardíaca, hasta un 62% el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o ictus, y hasta un 89% el riesgo de insuficiencia cardíaca. Y si dar 10.000 pasos diarios se considera beneficioso para la salud, se ignora la cantidad exacta mínima necesaria en los casos de personas hipertensas que quieren reducir su riesgo cardio y cerebrovascular.

Un estudio llevado a cabo por Emmanuel Stamatakis y sus colegas del Centro de Investigación de Dispositivos Portátiles Mackenzie de la Universidad de Sidney, publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, ha querido revisar precisamente este dato. Los 10.000 pasos, confirman, serían un buen objetivo, pero hay diferencias respecto a la protección que pueden ofrecer.

Según este estudio, que analizó a más de 32.000 personas con diagnóstico de hipertensión arterial, dar menos de 10.000 pasos ya otorgaría beneficios para la salud cardiovascular. Caminar más rápido, por su parte, también mejoraría la salud cardíaca.

Como explica el profesor Stamatakis, el estudio "es uno de los primeros en demostrar una relación dosis-respuesta entre el recuento diario de pasos y problemas graves del corazón y los vasos sanguíneos. Descubrimos que para la hipertensión arterial, cuanto más se camina con mayor intensidad, menor es el riesgo de sufrir futuros eventos cardiovasculares graves".

En este caso, los investigadores analizaron datos de 32.192 personas que participaron en el subestudio del Biobanco de Reino Unido. Todos los participantes estaban diagnosticados de hipertensión arterial y usaron un acelerómetro en su muñeca durante siete días consecutivos para medir la distancia y la velocidad de sus caminatas.

Los datos de estos acelerómetros fueron recopilados entre los años 2013 y 2015, y la edad promedio de los participantes fue de 64 años, que fueron seguidos durante casi ocho años de media. En total, se registraron 1.935 casos de problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares durante el estudio.

Según los datos de los investigadores, en comparación con un recuento diario de 2.300 pasos al día, por cada 1.000 pasos adicionales se redujo un 17% el riesgo de sufrir un evento cardiovascular mayor o MACE.

Además, por cada 1.000 pasos adicionales se redujo en un 22% el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, un 9% del riesgo de sufrir un infarto de corazón y un 24% en el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

Como resumen, por cada aumento de 1.000 pasos diarios, se obtendrían los siguientes beneficios:

- Una reducción media del riesgo absoluto de un evento cardíaco mayor o MACE de 31,5 eventos por cada 10.000 personas-año.

- Una reducción media del riesgo absoluto de 7,2 eventos de insuficiencia cardíaca por cada 10.000 personas-año.

- Una reducción media del riesgo absoluto de 9,9 infartos de corazón por cada 10.000 personas-año.

- Una reducción media del riesgo absoluto de 10,4 accidentes cerebrovasculares por cada 10.000 personas-año.

La intensidad promedio de los 30 minutos de caminata más rápida al día fue de 80 pasos por minuto, lo cual se asoció con una reducción del 30% del riesgo de sufrir eventos cardiovasculares mayores o MACE. Además, no hubo evidencia de daños en personas cuyos 30 minutos de caminata o carrera superaran los 130 pasos por minuto.

Los investigadores obtuvieron resultados similares al analizar a 37.350 personas sin hipertensión. Por cada 1.000 pasos adicionales, el riesgo de MACE se redujo en un 20,2%, la insuficiencia cardíaca un 23,2%, el infarto un 17,9% y el accidente cerebrovascular un 24,6%.

"Nuestros hallazgos ofrecen a los pacientes objetivos accesibles y medibles para la salud cardíaca, incluso por debajo de los 10 000 pasos diarios. Los profesionales sanitarios deben promover la actividad física como parte de la atención habitual, especialmente en pacientes con hipertensión arterial", explica Stamatakis.

"Nuestros resultados pueden servir de base para nuevas recomendaciones de salud pública adaptadas a estos pacientes. Las futuras recomendaciones sobre la marcha en personas con hipertensión arterial podrían considerar promover una mayor intensidad de marcha"