La infección puede llegar a causar problemas graves en lactantes y niños pequeños.

La infección puede llegar a causar problemas graves en lactantes y niños pequeños.

Salud

La sorprendente vuelta de la tos ferina: los casos de infecciones se disparan un 732% en lo que va de 2023

Detrás de este aumento puede estar la salida de la pandemia, una mayor sensibilidad a la hora de notificar casos o la llegada de refugiados de Ucrania.

28 septiembre, 2023 03:23

Por lo general, solo la conocemos por su vacuna. Acompañada de la difteria y el tétanos, la de la tos ferina es una de las vacunas clásicas que una gran parte de los españoles hemos recibido de niños. Sin embargo, este 2023 está viviendo un auge de contagios: ocho veces más (un 723%) en lo que va de año.

A pesar de las altas coberturas vacunales logradas en España (por encima del 95%), esta enfermedad sigue causando estragos. A principios de la década pasada se llegaron a notificar 9.000 casos anuales y hasta 8 muertes, todas de niños menores de un año.

La introducción, en 2015, de la vacunación en embarazadas permitió un mayor nivel de protección, sobre todo en el grupo más vulnerable, el de los menores de tres meses (la primera dosis en niños se pone a los dos meses de vida, por lo que estaba desprotegidos hasta que comenzaban a generar anticuerpos en cantidad suficiente).

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De hecho, la incidencia en menores de un año se ha ido reduciendo desde entonces, frente al aumento paulatino en adolescentes y adultos: entre 2005 y 2019 se multiplicó por 50 en el grupo de entre 15 y 49 años, y por 150 en los mayores de 50 años.

Con la pandemia, sin embargo, la incidencia cayó bajo mínimos. Según los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, que recoge las notificaciones de todas las enfermedades de declaración obligatoria (y la tos ferina lo es), si en lo que llevamos de 2023 se han notificado un total de 1.029 casos, en 2022 fueron 125; en 2001 tan solo se notificaron 64.

"Como todas las infecciones respiratorias, la pandemia fue un hachazo", explica la pediatra Belén Aguirrezabalaga. Tres años después, si gripe y virus respiratorio sincitial han recuperado la normalidad, a la tos ferina parece que le había costado algo más.

Una tos que puede durar meses

Pero Aguirrezabalaga, que pasa consulta en el centro de salud Roces-Montevil de Gijón, advierte que hay un infradiagnóstico de esta enfermedad, que se caracteriza por una "tos con gallo", que acaba con pitido, y que puede persistir durante meses a pesar del tratamiento.

"No es fácil de diagnosticar, puede pasar como un cuadro cualquiera de infección respiratoria, sobre todo en adolescentes y adultos, que son quienes más pueden transmitirla", apunta.

Sin embargo, son los niños y niñas durante la lactancia las principales víctimas. "En el lactante es lo más peligroso que hay", reconoce. "Puede llegar a ser mortal porque produce espasmo en las vías respiratorias". Por eso la vacunación en embarazadas —en el tercer trimestre de gestación— fue tan bienvenida por los pediatras: es exactamente la misma vacuna que en niños.

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Antes de su aparición, en los años 60, la mortalidad en España era mucho mayor: a veces había más de una treintena de víctimas mortales en un solo año. La vacuna ha evolucionado varias veces y, de hecho, en los 90 el número de muertes se pudo reducir prácticamente a cero, aunque en los años 2000 comenzó a repuntar.

Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), explica que la llegada de migrantes irregulares, con un acceso más difícil a la atención sanitaria, es un factor para explicar la persistencia de ciertas enfermedades infecciosas como la tos ferina.

"Esto no quiere decir que el migrante sea un peligro, sino que tiene carencias de salud derivada de la situación que ha tenido que vivir y tenemos que mejorar los sistemas para detectarlas en el sistema de salud y poder vacunarles".

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Membrillo explica que el repunte observado este año respecto a casi todas las enfermedades infecciosas (no solo las respiratorias) este año se puede deber a una mayor concienciación de los profesionales sanitarios a la hora de notificar las patologías de declaración obligatoria tras la irrupción de la pandemia, pero también a la cada vez mayor presencia de antivacunas tras la Covid y a la llegada de inmigrantes y refugiados, especialmente los procedentes de Ucrania que han tenido que salir de su país tras la invasión rusa.

"Ha habido una alerta europea por el repunte de casos de tos ferina aunque tiene que ver más con países como Polonia, donde la frontera ha sido más permeable y han recibido más de un millón de personas, muchas en situación no reglada".

El especialista recuerda que, aunque tienen derecho a acceder al sistema sanitario, muchas veces existen dificultades administrativas y de otros tipos que impiden una atención adecuada.

Cuándo se estabilizará la situación

En 2018 y 2019 notificaron más de 2.000 casos de tos ferina en el país del Este de Europa. En 2020 fueron 1.410 casos. Las coberturas de vacunación frente a difteria, tétanos y tos ferina eran de alrededor del 80%. Con la guerra, la situación es imposible de controlar y tiene sus consecuencias.

Membrillo cree que la situación puede llegar a estabilizarse en los próximos meses, lo que implicaría una vuelta a la normalidad. Para el resto de enfermedades infecciosas, si su predicción es correcta —la mayor sensibilidad de los médicos a la hora de notificar casos de declaración obligatoria— veremos una descenso en las notificaciones.

Después de todo, el sistema de declaración obligatoria no es automático, no se extraen los datos de los centros de salud y los hospitales sino que son los propios médicos (o los sanitarios del servicio de Medicina Preventiva) los que se encargan de hacerlo.

"Esto ya lo vimos el año pasado con la mpox (anteriormente conocida como viruela del mono)", explica. "En un estudio, detectamos más casos de contagios ocupaciones, los ocurridos en el entorno laboral, que los que tenía el sistema de declaración obligatoria en España".