La ingenuidad nos ha llevado ya en varias ocasiones en vislumbrar a la vuelta de la esquina un final de la pandemia. Si a principios del verano pasado parecía que pronto nos olvidaríamos de un virus llamado SARS-CoV-2, o cuando, en los últimos días de diciembre, pensábamos que la vacunación cancelaba a la Covid-19 de inmediato, los 'milagros' de Israel y Reino Unido parecían hacer que, esta vez sí que sí, apenas quedaba nada para superar el mayor problema de salud pública del último siglo.

Nada más lejos de la realidad. Con el 58,01% de la población con al menos una vacuna, los datos británicos están ofreciendo un jarro de agua fría, otro más, a las esperanzas del mundo: en siete días, los casos han aumentado un 26,8%; y las hospitalizaciones, un 23,2%. El número de muertes también se ha incrementado, con 18 más (un 42%), a pesar de que este martes ha sido el primer día en que el país no ha notificado ningún fallecimiento desde el inicio de la pandemia.

La razón para ello es la expansión de la variante B.1.617, conocida como la cepa india o 'doble mutante', con "mutaciones compatibles con posible escape a la inmunidad y con moderado aumento de transmisibilidad", así como con una "leve disminución de la efectividad vacunal", según la información recopilada por el Ministerio de Sanidad sobre las variantes de interés.

Esta disminución de la actividad vacunal tiene un matiz: es "leve" cuando se tiene una pauta de vacunación completa, pero es más que notable con una sola dosis. Un reciente estudio estimaba la eficacia frente a la variante india de una única dosis en un 33,5%, se tratara de la vacuna de Pfizer-BioNTech o de la de AstraZeneca (las principales en Reino Unido). Esta cifra contrastaba notablemente con la de la variante británica: 51,1%.

En el caso de ambas dosis, la diferencia no era tan abismal: 87,9% frente al 93,4% con Comirnaty (el suero de Pfizer), y 59,8% frente al 66,1% con Vaxzevria (el de AstraZeneca). El estudio todavía no ha sido revisado por expertos independientes, pero da la idea de que la estrategia del 'first dose first', como así llamaron los anglosajes a priorizar las primeras dosis sobre las pautas completas, ha encontrado la horma de su zapato.

La variante india en España

Aproximadamente, seis de cada diez nuevos casos en suelo británico corresponde a B.1.617. España todavía está lejos de alcanzar esa cifra, pero en la última semana se han notificado tres brotes con 13, 3 y 23 casos, respectivamente. El primero de ellos, además, no ha sido vinculado de momento a ningún viaje, y hay un posible cuarto brote en estudio que tampoco ha sido asociado a viaje alguno.

Los otros dos casos son importados desde Dubái y Polonia. A pesar de que la mayoría de nuevos contagios en Reino Unido ya pertenecen a esta cepa, España mantiene abiertas las fronteras con el país, cuyos ciudadanos no necesitan presentar una PCR negativa para entrar. En cambio, las condiciones no son recíprocas desde Londres, que pide cuarentena de diez días para los ciudadanos españoles que quieran entrar en las islas.

No es la primera vez que los casos repuntan en un país con coberturas vacunales tan amplias. Uruguay y Chile han sido otros ejemplos recientes. Sin embargo, en España, con menos gente inmunizada (casi uno de cada cuatro habitantes tiene una dosis; uno de cada cinco ya tiene las dos), ya se están llevando a cabo ciertas medidas para incentivar el turismo y se está planteando el levantamiento de la obligación de llevar mascarillas en la vía pública, movidos el ritmo de administración de vacunas y de una cuarta ola de Covid-19 que ha sido menos traumática de lo esperado. ¿Estamos confiándonos demasiado?

La estrategia de una sola dosis "tiene sus riesgos, no se trata de variantes", explica Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología. "Si con la pauta completa la eficacia no llega al 100% en ninguna vacuna, y extrapolado a millones de personas se trata de una cantidad importante que está quedando sin proteger, en el caso de una dosis las bolsas de personas no protegidas son mayores".

El epidemiólogo no quiere demonizar la estrategia de Reino Unido o Israel porque entiende que buscaban darle la vuelta a una situación dramática, pero recalca que "seguir la ficha técnica de la vacuna siempre es una buena idea". La estrategia seguida por España, la de las pautas completas, parece más segura en caso de la generalización de la variante india en nuestro país, pero eso no quiere decir que debamos lanzar las campanas al vuelo. "No tiene que pasar exactamente lo mismo, pero en el momento en que se empiecen a abrir fronteras, vamos a vivir una situación similar a la del año pasado, y entonces estábamos con una incidencia menor a 10 casos por cada 100.000 habitantes", muy inferior a la actual (120,33 casos). Además, recuerda que en las últimas semanas los contagios "no están bajando a las velocidades que esperábamos. Bajamos, pero muy poco a poco".

Lo que más teme Zurriaga es la pendiente de desescalada de medidas. "Hay unas que arrastran a otras: si no es necesario llevar la mascarilla en exteriores va a ser muy difícil que se use en interiores, y de ahí vamos a dejar de mantener la distancia de seguridad, volveremos a reunirnos en grupos grandes, etc."

Más allá de dar una cifra de cobertura vacunal segura, prefiere centrarse en la letalidad de la enfermedad, "que esa no ha cambiado, todavía una de cada 100 personas infectadas puede morir, tengamos muchos o pocos casos al día". El momento en que la inmensa mayoría de casos sean leves o asintomáticos se cambiará la previsión de letalidad y, a partir de ahí, será más seguro plantear la desescalada. "Pero lanzar el mensaje de que estamos bien puede beneficiar al turismo, pero a ver si nos va a pasar como en Navidad". Reino Unido, de momento, ya ha avisado.

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