Una combinación de tratamientos intensivos con quimioterapia e inmunoterapia puede incrementar de forma "espectacular" las posibilidades de supervivencia en determinados pacientes con linfoma que hayan sufrido metástasis en el cerebro o la médula. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Lancet Haematology con pacientes en los que el cáncer ya estaba extendido cuando les fue diagnosticado.

En este ensayo, que ha recibido fondos de la institución Cancer Research UK, se demostró una mayor efectividad del tratamiento cuando se había producido el denominado linfoma secundario del sistema nervioso central, es decir, cuando el cáncer se había extendido de la sangre al cerebro y la médula. Este tipo de linfomas son raros, precisan los autores, pero cuando ocurren, son "potencialmente letales".

Por el contrario, mostró una menor efectividad cuando el linfoma ya se encontraba en remisión por un anterior tratamiento y se había reproducido de nuevo. Los autores del trabajo recomiendan que, a la luz de su investigación, se valore un cambio a las guías internacionales sobre cómo tratar este carcinoma desde el momento en el que se diagnostica.

Los investigadores, liderados por la Dra. Kate Cwynarski del University College de Londres (reino Unido), y el profesor Andres Ferreri de Milán (Italia), evaluaron eltratamiento en 75 pacientes de cuatro países. Llamado el 'estudio Marietta', es el mayor ensayo clínico realizado sobre el linfoma secundario del sistema nervioso central, y se ha basado sobre una nueva combinación de tratamientos denominada Matrix and Rice.

La terapia incluyó tres sesiones de quimioterapia (Matrix) y tres de inmunoterapia (Rice), seguidas de un trasplante de células madres extraídas de los propios pacientes. De los participantes, 32 acababan de ser diagnosticados de linfoma con metástasis en el cerebro o la médula, y 43 ya habían recibido tratamiento contra el cáncer, pero se había reproducido y extendido.

El tratamiento intensivo Matrix/Rice logró frenar el agravamiento del cáncer según los investigadores para 42 de los pacientes, un 58% de los participantes, un año después de comenzar el ensayo. Pasados dos años, la supervivencia entre aquellos con la metástasis recién diagnosticada al empezar era de un 71%, algo inédito hasta la fecha y un resultado "extremadamente impresionante" ya que es equiparable a la esperanza de vida de un linfoma que no se ha extendido. 

"El ensayo Marietta implica que pacientes a los que se les daba únicamente unos meses de vida están ahora vivos y con esperanza de hacerlo años después de recibir el diagnóstico", explica la Dra. Dr Cwynarski. "Ha sido increíble poder firmar certificados médicos para el carné de conducir de muchos de mis pacientes, porque la ley impide conducir mientras estás en tratamiento y durante los dos años siguientes. Eso es lo que realmente me ha hecho darme cuenta del impacto de este estudio".

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