Uno de los conceptos psicológicos más empleados en los últimos años es el de bienestar emocional. Se trata de un estado en el que nos encontramos bien a nivel mental y físico y, que afecta al estado general de salud. Este estado puede verse influenciado por situaciones tanto positivas como negativas y su estabilidad depende de las capacidades de cada individuo para gestionar estos cambios. Así, a nivel médico cada vez se buscan mejores terapias, tratamientos y apoyos en este sentido, con el fin de proteger la salud mental y, por tanto, la del resto del organismo.

Durante el confinamiento de los últimos meses el bienestar emocional se ha visto fuertemente atacado. No todo el mundo ha reaccionado de igual forma a la reclusión obligada, por lo que los servicios de psicología de las diversas instituciones se han reforzado, con el fin de ayudar a gestionar el estrés o la ansiedad que ha provocado esta situación. En el caso de Sanitas, por ejemplo, los programas de esta especialidad se han incrementado un 74% respecto a los meses anteriores a la crisis sanitaria, con especial repunte de las consultas vinculadas al miedo al contagio por coronavirus, duelo por familiares fallecidos a los que no se ha podido velar o la propia prohibición de salir de casa.

Además, durante esta época también ha sido muy importante el servicio de videoconsulta, a través del cual estas personas han podido recibir atención personalizada, adaptada a sus incertidumbres y necesidades concretas, y todo sin salir de casa.

Incertidumbre sobre los síntomas

De hecho, esta situación tan complicada llegó a generar tanta incertidumbre en muchos pacientes que, acudían o llamaban a sus médicos creyendo que presentaban cuadros de Covid-19 cuando en realidad lo que sufrían eran trastornos de ansiedad. Algunos síntomas como dificultad respiratoria o dolor de pecho fueron desencadenantes de esta confusión.

Entonces, ¿es realmente importante cuidar la salud mental para proteger al resto del cuerpo? La respuesta es sí. El organismo de todos los seres vivos está totalmente relacionado, necesita de un bienestar general para funcionar correctamente y, si bien se puede prescindir de, por ejemplo, algunos órganos y vivir con total seguridad y calidad, el cerebro es el director de todos esos componentes y, sin él, los demás fallan.

Pero para garantizar ese bienestar es importante, primero, comprender cómo se puede ver afectado, porque, al contrario de lo que se podría pensar, una persona mentalmente sana no es aquella que no tiene problemas o situaciones complicadas, sino precisamente, aquella que cuenta con la capacidad y las herramientas necesarias para afrontar complicaciones, la que detecta sus necesidades y la que, además, es capaz de regular su dependencia respecto a su entorno.

El confinamiento, un reto emocional

Y a esta situación se han tenido que enfrentar un gran número de personas que han vivido el confinamiento de los últimos meses. Según el Estudio de Bienestar emocional durante el confinamiento realizado por Sanitas, cuatro de cada diez españoles afirma que esta situación ha supuesto un reto emocional muy duro. A pesar de ello, solo un 3% ha acudido en busca de ayuda a algún profesional.

Pero si de algo ha servido este confinamiento ha sido, precisamente, para poner de manifiesto un claro aumento en la preocupación por este bienestar emocional. Casi la mitad de los encuestados se ha dado cuenta de que la salud mental es tan importante como la física, y es que esta puede perjudicar a otros ámbitos como enfermedades gastrointestinales, dermatológicas o cardíacas.

Para dar respuesta a estas recientes necesidades el sector también ha tenido que llevar a cabo una labor de reforma. No solo a través de la consolidación de las videollamadas para dar soporte a estos pacientes, sino mediante la creación de nuevos servicios. Así, Mente Sana de Sanitas es un complemento que incluye a un equipo completo de psicólogos y cuyo objetivo es el de ofrecer ayuda a aquellas personas que necesitan aprender a lidiar con diversas situaciones del día a día. Atención en bienestar familiar, individual, psicología deportiva, envejecimiento activo o gestión de enfermedades son algunos de estos proyectos.