El servicio de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Quirónsalud Valencia, dirigido por el doctor Luís Martí-Bonmatí, liderará un proyecto europeo para el estudio del cáncer de próstata. Denominado PROCANCER I, este proyecto tiene como objetivo desarrollar nuevas herramientas para mejorar el diagnóstico, la caracterización y el seguimiento del cáncer de próstata basándose en inteligencia artificial aplicada a la imagen por resonancia magnética.

Para la obtención de estos datos el servicio de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Quirónsalud Valencia utilizará imágenes de resonancia magnética de la próstata obtenidas en la rutina diaria de diferentes servicios de radiología, "pero con la particularidad", indica Roberto Sanz, ingeniero biomédico del Hospital Quirónsalud Valencia, "de disponer de una gran base de datos unificada a nivel internacional, constituida por aportaciones de hospitales europeos de referencia". Además de las imágenes, se recopilará toda la información clínica de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes. "De esta forma se asegurará la calidad de todos los datos y la validez de los resultados", afirma el ingeniero de Quirónsalud Valencia.

Gracias a este estudio los pacientes con cáncer de próstata recibirán un mejor diagnóstico, ya que con la aplicación de la inteligencia artificial a las imágenes de resonancia magnética se dispondrá de información más precisa para detectar tumores y determinar su agresividad biológica.

"De esta forma se reducirán el número de biopsias innecesarias y disminuirán los riegos asociados a intervenciones más invasivas. La combinación de inteligencia artificial e imagen médica computacional permitirá mejorar el pronóstico de los pacientes, ya que ayudará a determinar la mejor opción terapéutica en fases cada vez más tempranas de la enfermedad", explica Gracián García, científico en el proyecto del Servicio de Imagen Médica de Quirónsalud Valencia.

En el proyecto se estima que participarán alrededor de 23.000 pacientes, será la mayor base de datos para el estudio del cáncer de próstata por imagen médica. En él colaborarán 20 organismos de 10 países europeos, entre ellos hay hospitales, centros de investigación y empresas referentes en los campos de investigación.

¿Qué ventajas aportará la I. A. frente a los procedimientos actuales frente al cáncer de próstata?

La aplicación de la inteligencia artificial a la imagen médica aplicada sobre los estudios de la próstata obtenidos por medio de Resonancia Magnética permitirá disponer de una información más precisa y concreta para definir, detectar y determinar la agresividad biológica de los posibles tumores. De esta forma se reducirán el número de biopsias innecesarias y se disminuirán los riegos asociados a intervenciones quirúrgicas no necesarias. La combinación de inteligencia artificial e imagen médica ayudará a determinar la mejor opción terapéutica en fases cada vez más tempranas de la enfermedad oncológica prostática.

¿Qué papel juega la información que aporta la resonancia magnética? ¿Es una herramienta clave?

La Resonancia Magnética es la técnica de imagen más adecuada para localizar con cierta precisión y exactitud los tumores de próstata, determinar su extensión extraglandular y gradar su probable agresividad biológica. Esta técnica conjuga excelentes capacidades para estudiar de forma no invasiva la anatomía y la función de la próstata, con lo que se pueden detectar áreas anómalas a la vez que se establece su comportamiento. En la actualidad, la Resonancia Magnética juega un papel clave en el manejo de los pacientes con sospecha de cáncer de próstata, ya sea para orientar hacia un control periódico, conocido como vigilancia activa, o para guiar una biopsia dirigida que busque confirmar mediante anatomía patológica la gravedad de una lesión. En este proyecto se pretende explorar todavía más la capacidad de la Resonancia Magnética para ayudar a que los pacientes con posible cáncer de próstata tengan el mejor tratamiento en el momento necesario, ni otro tratamiento ni en otro momento.

El PSA (Prueba de Antígeno Prostático Específico) es la herramienta más utilizada para diagnosticar el cáncer de próstata.  ¿De qué manera se podrán combinar ambas?

Las nuevas herramientas basadas en inteligencia artificial sobre imágenes de resonancia magnética de la próstata serán de utilidad como complemento a los factores de riesgo. Los pacientes de edad, con antecedentes familiares o personales, o con niveles de PSA superiores a los esperados, deberán estudiarse para sabe si tienen un tumor, su localización, extensión y agresividad. El PSA es un marcador útil y accesible, aunque no tenga mucha especificidad y esté muy cuestionado en el diagnóstico precoz del cáncer de próstata. La inteligencia artificial aplicada a este problema esperamos proporcione más y mejor información que sea clave para mejorar un diagnóstico rápido en el menor tiempo posible. Debe ayudar tanto en la mejora de la calidad de la exploración como del informe radiológico. De esta forma se beneficiará a que la población con factores de riesgo tenga una evaluación terapéutica adecuada cuando se necesite.

Tras la detección de un cáncer de próstata y su tratamiento, ¿es posible detectar recidivas con la nueva técnica y controlarlas? 

La Resonancia Magnética juega también un papel esencial para determinar la evolución de la enfermedad tras el tratamiento. En este contexto, con técnicas de inteligencia artificial se podrán entrenar sistemas de ayuda automáticos que orienten al urólogo, al oncólogo o al radioterapeuta a determinar la presencia de una recidiva tumoral en el lecho prostático. Uno de los objetivos del proyecto es que este sistema de ayuda sea rápido, sencillo, preciso y aplicable de manera fiable poco tiempo después del tratamiento.

Esta investigación acaba de arrancar. ¿Para cuándo se esperan los primeros resultados?

Se trata de un proyecto ambicioso en el que participan 20 instituciones de 10 países europeos, incluyendo hospitales, centros de investigación y empresas expertas en inteligencia artificial. Tendrá una duración de cuatro años y se espera recoger datos de más de 23.000 pacientes. El contexto internacional actual suma complejidad a la incertidumbre propia de cualquier proyecto de investigación, por lo que es difícil establecer con seguridad cuándo se tendrán los primeros resultados relevantes a nivel clínico. De todas formas, con la trayectoria y experiencia acumuladas por las entidades que constituyen este consorcio en años de investigación en este campo, es probable que a mitad de proyecto se tengan bases suficientemente sólidas para empezar a validar algunas técnicas en el ámbito hospitalario.

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