Hay quien dice medio en broma medio en serio, que si ahora mismo el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se presentara a unas elecciones a presidente del Gobierno arrasaría. Aunque hay también quien lo critica, nadie duda de que consigue transmitir tranquilidad en una situación que podría llevar al caos: la irrupción del coronavirus SARS-CoV-2, el nuevo patógeno detrás de la COVID-19, una enfermedad para la que no existe vacuna que ya supera los 100.000 casos en todo el mundo, donde ha acabado con la vida de 3.500 personas, eso sí, en una población de más de 7.000 millones. 

Sin embargo, una afirmación que ha hecho en su tradicional convocatoria de prensa este domingo ha activado las alertas. "En los últimos días los casos han aumentado en torno a un 20% diario, algo esperable", ha comentado. 

Para alguien lego en epidemiología, el porcentaje es escalofriante. Si la cifra es correcta y va a seguir así, en abril en España se habrían alcanzado casi 140.000 afectados. Si se toma por buena la última tasa de mortalidad difundida por la OMS, que cifra en 3,4% las muertes por este virus, el 1 de abril habrían fallecido en España alrededor de 4.700 personas. 

Sin embargo, nada es lo que parece en el mundo de la epidemiología. Como explica a EL ESPAÑOL el jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, lo que ha dicho Simón es que es previsible un ritmo de aumento similar en los próximos días, "no de forma continuada ni sostenida". "Si se aplica este cálculo simplista, lo normal es que en 7 o 10 días los datos autodesmientan la profecía", pide el experto antes de apelar a la prudencia. 

Surge entonces la pregunta del millón. Si esto no es así, ¿cuándo va a acabar el crecimiento exponencial? La respuesta a esta pregunta es desconocida. Un especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública -que prefiere no dar su nombre- lo deja claro: "Son estimaciones que no están al nivel periodístico, sino del Centro Nacional de Epidemiologia". Para este experto, para ser epidemiólogo académico hacen falta recursos y formación. No se pueden hacer predicciones simples

El catedrático de Salud Pública en la Universidad Miguel Hernández y ex director de Salud Pública durante la pandemia de la gripe A, Ildefonso Hernández, explica a este diario que el crecimiento de una epidemia "depende de muchos factores". Por ejemplo, explica que los datos cambian si hay un "brote explosivo", como ha sido el caso del funeral en Vitoria que podría haber generado el mayor número de casos vinculados de COVID-19. 

"Existen diferentes modelos matemáticos de progresión, pero ninguno consiste en asumir un crecimiento confirmado", añade Hernández. 

Sobre este asunto se pronuncia para EL ESPAÑOL el especialista de medicina preventiva y epidemiologia de atención primaria del Instituto Catalán de Salud Cataluña Central Jacobo Mendioroz. "Lo que todos están intentando hacer ahora en encontrar un modelo que se ajuste a la predicción más correcta", explica y aclara: "Desde luego que no se puede hacer multiplicando exponencialmente lo que ha pasado estos últimos días, sería demasiado sencillo". 

"Si hubiéramos hecho eso con China a estas alturas de su epidemia, hubiera salido un número de casos mucho mayor", explica el experto. Como el resto de consultados, este médico señala la multiplicidad de factores que influyen en esa cifra. Uno de ellos, por ejemplo, es cuando se empieza a estudiar la infección. También a cuánta población se analice.

Por ejemplo, se podría hacer algo parecido a lo que se está haciendo en Corea, donde se está haciendo pruebas a mucha gente asintomática. "Habría que cribar al azar a un número muy elevado de la población española, pero eso tampoco tendría que ser significativo, porque que no den positivo en una prueba no significa que no vayan a darlo más tarde", explica Mendioroz. 

El problema o la gran dificultad es que no se sabe en qué momento de la curva estamos. "Normalmente las curvas epidemiológicas empiezan con una pendiente, seguida de una estabilización y una bajada", señala. "Sabemos que estamos en fase ascendente de la curva pero no cuando llegará la estabilización y la bajada", añade. A partir de ahí, se establecen distintos escenarios, según lo que se crea que van a influir distintos factores. 

Por poner un ejemplo, se puede calcular que el nuevo coronavirus contagia a "entre tres y diez personas" y estimar las cifras según el escenario más optimista y el más pesimista. Lo mismo con lo efectivas que van a ser las medidas de contención. "Se puede calcular que las recomendaciones de mejorar la higiene y de autoaislarse si se tienen síntomas o contactos con COVID-19 reducirán los casos un 80% o un 20%", apunta el especialista. 

Como buena noticia, señala que en China se está cumpliendo el modelo más optimista. En este país, según la OMS, el número de casos lleva ya más de una semana bajando y esta semana se ha visto por primera vez una disminución en los casos nuevos diagnosticados en Corea del Sur, el segundo país más afectado. 

Pero, ¿existen en España esos modelos con cifras concretas, esos rangos con escenarios más o menos optimistas? Sin duda, los epidemiólogos del Ministerio de Sanidad están trabajando en ellos, al igual que están monitorizando los datos. Pero antes de hacerse públicos tienen que validarse. Para ello, ha de pasar más tiempo y que se conozca mejor el comportamiento del SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa. Un segundo paso es que se presenten en congresos o se avalen en publicaciones científicas, de modo que otros expertos puedan dar su input

Como comenta Mendioroz, publicarlos antes de tiempo y de tener certeza tiene el riesgo de que estén muy equivocados y, además, de generar alarma