Para la británica Jilly Moss ha sido "extremadamente difícil" subir siete fotografías de su hija Alba a Facebook pero, sin duda, es posible que haya contribuido a su objetivo. Las imágenes de la niña que acaba de cumplir un añito se han hecho virales y eso que son todo menos agradables para la vista. 

La hija de Jilly y Richard Moss ha sufrido la peor versión del sarampión, una enfermedad prácticamente erradicada que algunos antivacunas se empeñan en volver a poner de moda, evitando inmunizar a sus hijos con una vacuna segura y accesible. 

El mensaje es claro: cuando alguien decide apuntarse a la pseudociencia y obviar las vacunas no sólo le afecta a su hijo y su familia, si no a su entorno, rebajándose la inmunidad de grupo y aumentando las posibilidades de que otros niños sufran la enfermedad, entre ellos pequeños como Alba, a la que no dio tiempo a ponerse la primera dosis de la vacuna, que se suministra a los doce meses. 

Los médicos y enfermeros del Hospital Chelsea West donde la pequeña ha estado ingresada al menos ocho días pidieron a su madre compartir las imágenes para "educar sobre la importancia de la vacunación". Sin duda, el llamamiento ha sido oportuno, puesto que el post de la madre se ha compartido más de 71.000 veces. 

"Subir estas desgarradoras fotografías de nuestra preciosa hija que contrajo sarampión es extremadamente difícil; todavía estamos en el hospital 8 días después del ingreso", comenzaba su texto Jilly, que lo publicó el pasado 15 de abril. 

"Era muy pequeña para recibir la vacuna triple vírica cuando enfermó, lo que significa que ha tenido que pelear contra este virus asesino sin inmunidad", continúa. 

"El sarampión no es sólo una erupción, puede causar ceguera, encefalitis y neumonía. Tenemos que hacer más. Vacunen a sus hijos", continuaba el llamamiento. 

Y seguía en su misión educativa: "La vacuna triple vírica no causa problemas que amenacen a la vida como hace el sarampión. Tus bebés pueden estar un poco de bajón durante un día o algo más, pero creedme si os digo que prefieres eso a por lo que nosotros hemos pasado". 

"Ha sido absolutamente horroroso ver a nuestra hija con sus ojos tan hinchados que no podría abrirlos durante cuatro días. Así, ha estado a oscuras, asustada con una fiebre altísima que ha durado alrededor de dos semanas. En el hospital, le han hecho varios escáneres, pruebas de rayoes X, le han sacado sangre, le han hecho punciones lumbares, le han puesto cánulas, le han tenido que alimentar por un tubo...", sigue describiendo la madre, que denuncia: "Todo esto se podría haber evitado si la capa de protección que suponen los niños más mayores que Alba hubieran sido vacunados". 

A partir de ahí, el tono de Jilly es totalmente combativo: "Educaos a vosotros mismos, hablad sobre ello, difundid la palabra, compartid este post. Haced lo que creáis necesario hacer porque si no llega a ser por los médicos del Chelsea West nuestra preciosa hija no estaría hoy aquí", concluye. 

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