La fibromialgia sigue siendo una enfermedad muy desconocida. El tratamiento es muy complicado y los casos de mejoría no son abundantes. A pesar de ello, sí que existen algunos fármacos que se han empleado con el fin de paliar el dolor crónico que caracteriza a esta patología.

Entre ellos están los antidepresivos, los analgésicos y algunos fármacos cuyo uso inicial era tratar la epilepsia (antiepilépticos). Sin embargo, estos últimos han demostrado gratas mejoras contra un tipo de dolor: el neuropático, que se origina directamente en los nervios y es habitual en la fibromialgia.

Entre dichos fármacos destacan la pregabalina o la gabapentina, dos fármacos antiepilépticos con un uso muy extendido en los dolores neuropáticos. Y, según un nuevo trabajo publicado en la American Journal of Obstetrics & Gynecology, la gabapentina también podría servir para tratar la vulvodinia. Es decir, el dolor sufrido por algunas mujeres cuando mantienen relaciones sexuales.

Vulvodinia, el dolor en las relaciones sexuales tiene solución

Esta investigación fue el primer estudio realizado sobre el tratamiento de vulvodinias con gabapentina. En él se observó que la gabapentina ayudaba a las mujeres con este problema porque este medicamento podía influir en los nervios que inervan esta sensible zona femenina. De hecho, este fármaco también se usa en otro tipo de dolores centrados en los nervios, como el que provoca un herpes zoster.

La vulvodinia se caracteriza por diversos síntomas tales como picazón, ardor o irritación a la entrada de la vagina. El dolor suele iniciarse con el contacto externo, tanto en el sexo como en el uso de artículos de higiene femenina tales como tampones. Estas situaciones de dolor pueden llevar a sufrir disfunciones sexuales e, incluso, miedo a mantener relaciones.

El estudio científico

Para probar la efectividad de la gabapentina en la vulvodinia, los investigadores realizaron el seguimiento de 230 mujeres que sufrían vulvodinia desde hacía cinco años o más. La edad media del estudio fueron los 37 años. Tras ser tratadas con gabapentina, las mujeres mejoraron su deseo sexual, su excitación y su satisfacción, a la vez que reducían su dolor. Sin embargo, la función sexual general se mantuvo baja respecto a las mujeres sin vulvodinia.

Gloria Bachmann dirige el Instituto de Salud de la Mujer de la Escuela de Medicina Rutgers Robert Wood Johnson y es la autora del estudio. Ella misma afirmó tras terminar el experimento que la gabapentina hacía más efecto cuanto más dolor se sufría.

Es decir, tanto el dolor muscular como la excitación sexual mejoraban en aquellas mujeres que tenían una peor situación inicial. Esto demostró que, aunque no sea un remedio perfecto, la gabapentina podía tener aplicaciones en este tipo de pacientes.

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