Algunas empresas se echaron a temblar el pasado 5 de junio, cuando se anunció el nombramiento de Carmen Montón como nueva ministra de Sanidad. Esas mismas corporaciones, las líderes en sanidad privada, habrán respirado algo más tranquilas este jueves, tras la dimisión de la política por el escándalo de su máster en la tristemente célebre Universidad Rey Juan Carlos. 

Montón, que apenas ha estado tres meses en su cargo -lo que la hace la ministra más breve del ramo- empezó su mandato con dos grandes objetivos: el primero, revertir la gestión privada de grandes hospitales públicos que impera en algunas comunidades autónomas y, el segundo, devolver a España la sanidad universal

A lo primero, que había logrado en su comunidad autónoma natal -donde era Consejera de Sanidad-  revirtiendo el conocido y polémico modelo Alzira en el Hospital de La Ribera, primer centro donde se implantó, no le ha dado tiempo. A lo segundo, que también hizo en cuanto ocupó su cargo en Valencia en 2015, sí. 

Así, Montón "la breve" pasará a la historia por haber devuelto la universalización de la sanidad que el Gobierno de Mariano Rajoy anuló en 2012. Hace tan sólo cinco días, cuando ni se había oído hablar del máster de la política y licenciada en Medicina, ésta defendía la aprobación en el pleno del Congreso de los Diputados de la convalidación del Real Decreto-ley 7/2018 sobre el Acceso Universal al Sistema Nacional de Salud (SNS), que  garantiza que todas las personas que se encuentran en España sean atendidas en igualdad de condiciones por nuestro sistema público de salud.

Se trata de una decisión anunciada casi desde el mismo momento de su toma de posesión, que le supuso la felicitación de todo el llamado tercer sector, como Médicos del Mundo o la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, entre otras entidades. La nueva vieja norma ha logrado devolver la atención sanitaria a los inmigrantes que se encuentran en situación irregular en España. 

Montón también pretendía revertir el copago farmacéutico, aunque ella misma reconocía que era algo que le llevaría más tiempo que la recuperación del RD 7/2018. Lo que no se imaginaba es que ni siquiera iba a poderlo plantear