El término conflicto de interés puede no ser conocido para la gran mayoría de la población, pero lo es -o, al menos, ha de serlo- para cualquiera que se dedique a la investigación. Es el caso del español José Baselga, una de las mayores eminencias en el tratamiento del cáncer de mama del mundo y actual director médico del uno de los centros oncológicos más prestigiosos, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC). 

El conflicto de interés se incluye en cualquier estudio publicado en una revista científica seria, para que el lector sepa si los autores han recibido dinero que, de alguna forma, pueda comprometer los resultados de la investigación. 

Según desvela este sábado el diario The New York Times y la web de investigación periodística ProPublica, el oncólogo español -del que se ha hablado últimamente al haberle mencionado Alejandro Lequio como una de las razones para mandar a su hijo Álex a tratarse de su cáncer el MSKCC- habría fracasado estrepitosamente en su declaración de conflicto de intereses, al haber omitido declarar cobros de millones de dólares por parte de laboratorios farmacéuticos, que le habrían pagado -todo legal- por labores de asesoría y por adquirir compañías participadas por el médico.

Uno de los ejemplos que cita el artículo es el laboratorio Roche, que habría abonado por estas labores a Baselga alrededor de tres millones de dólares que el investigador no habría mencionado en sus declaraciones de conflictos de interés en distintos artículos. En ningún momento se cuestiona que esos pagos sean legales o lícitos, sino que se pone el foco en que no los hizo públicos cuando tenía que haberlo hecho. 

Reconoce los hechos

El investigador no ha negado las acusaciones y, de hecho, las ha reconocido, aunque ha declarado al rotativo estadounidense que han sido "no intencionadas". El médico se ha escudado en el hecho de que la mayoría de su trabajo con la industria es "públicamente conocido" y no ha accedido a facilitar al The New York Times cifras sobre su relación con algunas startups biotecnológicas. "Reconozco que ha habido inconsistencias, pero así son las cosas". 

Baselga ha resumido así la situación a EL ESPAÑOL: "Básicamente han mirado todos mis 178 artículos desde el 2013 y han decidido de que no he reportado los conflictos de interés en muchos. Mi opinión es que esto sólo ha pasado en 17 artículos, lo que representa menos de un 10%. Toda la otra información sobre mis ingresos de farma ya era públicamente conocida por lo que yo no he escondido nada".

El análisis recién publicado ha dejado de manifiesto que Baselga no siguió las reglas con respecto a la declaración de conflicto de interés establecidas por la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR) cuando era presidente de la misma. Pero también dejó de declarar pagos de empresas conectadas con la investigación del cáncer en los artículos de la revista de dicha entidad, Cancer Discovery, de la que es uno de los codirectores. 

El castigo al que se enfrenta el prestigioso oncólogo no es demasiado grave. Según el diario estadounidense, las penas para este tipo de lapsus éticos no son muy severas. La AACR advierte a los autores de sus revistas que si se descubren relaciones financieras no declaradas no podrán publicar durante tres años, pero este veto no está incluido en la política sobre conflictos de interés que se puede leer en su web y la entidad ha explicado que nunca se ha aplicado el veto a ninguno de sus autores.  

Baselga ha hablado con los autores de la investigación y les ha dicho que corregirá su declaración de conflicto de interés en 17 artículos, incluyendo algunos publicados en revistas tan prestigiosas como The New England Journal of Medicine, The Lancet y la que dirige, Cancer Discovery.

"Me he pasado la carrera cuidando de pacientes con cáncer y trayendo nuevos tratamientos a la clínica con el único propósito de aumentar y salvar vidas", explicó el oncólogo en un comunicado. "Aunque he sido inconsistente a la hora de declarar estos temas y lo reconozco, esto no tendría que comprometer mis responsabilidades como médico, científico y líder clínico", añadió.

Escrutinio de las finanzas del investigador

El artículo de The New York Times analiza exhaustivamente los pagos recibidos por Baselga en los últimos años. Además de desvelar su sueldo del MSKCC -1,5 millones de dólares en 2016-, relata su amplias conexiones con la industria. El oncólogo español se ha sentado en la junta directiva del laboratorio Bristol-Myers Squibb y es director de la empresa Varian Medical Systems, que vende equipos de radioterapia y de la que el MSKCC es cliente. 

Entre agosto de 2013 y 2017, Baselga recibió alrededor de 3 millones y medio de dólares de nueve empresas según la base de datos Open Payments, que recopila las declaraciones de compañías farmacéuticas y fabricantes de equipación médica. 

ProPublica y The New York Times han analizado las publicaciones de Baselga desde 2013, el año que fue fichado como por el Memorial Sloan Kettering. Según sus datos, ha omitido declarar pagos en el 60% de sus publicaciones y los olvidos se han ido incrementado según ha pasado el tiempo. De hecho, el año pasado no mencionó ningún potencial conflicto de interés en el 87% de los artículos de los que fue autor o coautor, siempre según la investigación de los medios estadounidenses.