La presencia de sangre en las heces es uno de los problemas que más alarma causa en el común de los mortales. De hecho, resulta más que habitual que el médico nos pregunte por la naturaleza y el color de nuestras deposiciones cuando acudimos a su consulta. Aunque no siempre ocurre, la presencia de sangre en las mismas es el síntoma más frecuente para diagnosticar patologías tan graves como el cáncer de colón o la enfermedad de Crohn, o más leves como úlceras o hemorroides.

Lo cierto es que muchas veces nuestros restos orgánicos presentan restos de sangre invisibles a simple vista. Los gastroenterólogos utilizan una herramienta conocida como FOBT (o prueba de sangre oculta en heces) para detectarla. Pues bien, ahora, un equipo de investigadores encabezado por Robert J.C. Steele, profesor de la Universidad de Dundee (Escocia), acaba de publicar un estudio en la revista GUT en el que se revela que la presencia de este fluido orgánico en nuestras deposiciones, incluso de forma oculta, se relaciona con "un mayor riesgo de muerte por todas las causas".

Lo cierto es que, tal y como apuntan en un comunicado que acaba de hacerse público, investigaciones anteriores ya habían alertado de que la presencia de sangre en las heces puede llegar a servir para predecir la esperanza de vida de una persona con una grave enfermedad. Sin embargo, lo que no se sabía hasta la fecha es que ésta se asocia también con una mayor riesgo de mortalidad por enfermedades circulatorias, respiratorias, digestivas, sanguíneas, hormonales y neuropsicológicas.

Para abordar el asunto, los científicos utilizaron un registro de datos con más de 134.000 personas nacidas en Tayside (Escocia) y elaborado entre el año 2000 y 2016. De éstas, sólo se detectó sangre oculta en sus heces en algo más del 2%. Así que el siguiente paso fue rastrear la supervivencia de estas personas desde el inicio del estudio hasta su conclusión en 2016 o hasta su muerte, en función de lo que ocurriese primero.

"En general, las personas que tuvieron un resultado positivo en el FOBT tuvieron casi ocho veces más probabilidades de morir de cáncer de intestino que aquellas que dieron negativo", apuntan los investigadores. "Pero lo más sorprendente fue que un resultado positivo en esta prueba también se asoció con un aumento del 58% en el riesgo de muerte por todas las causas distintas al cáncer de intestino", añaden.

Los científicos apuntan que las personas con una edad más avanzada, de género masculino y con un aumento de los niveles de privación tienen un mayor riesgo de muerte por todas las causas. "Sin embargo, incluso después de ajustar estos factores, un resultado positivo en el FOBT está fuertemente asociado con la muerte prematura", sugieren.

Los investigadores también advierten de que, como en cualquier estudio observacional, no se puede establecer una relación causal inapelable que confirme su hipótesis. Pero, aun así, el estudio sí sugiere que existen determinados indicios que podrían utilizarse para llevar a cabo protocolos de detección precoz en las distintas patologías e incidir en políticas públicas sobre la necesidad de llevar a cabo un estilo de vida más saludable.

Así lo indica Uri Ladabaum, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en un artículo publicado al hilo de este nuevo estudio apunta que la sangre oculta en nuestras heces podría estar diciéndonos "más de lo que podríamos haber pensado".