Los grandes avances que ha experimentado la ciencia en materia de salud en los últimos años han propiciado que la esperanza de vida media de los seres humanos en los países más desarrollados aumente notablemente.

Sin embargo, este incremento también ha dado lugar a una propagación masiva de trastornos asociados al envejecimiento, como el alzhéimer, el párkinson y otras muchas enfermedades neurodegenerativas.

Como resultado, las personas pueden vivir más tiempo, pero no todas lo hacen con la calidad de vida que hubiesen deseado, ni para ellos ni para sus familias.

Pero como toda regla tiene su excepción, existen algunos afortunados que consiguen vencer al transcurso natural del paso de los años, llegando a edades muy avanzadas con una salud de hierro, tanto a nivel físico como mental. Estos súperancianos han sido el tema principal de una de las ponencias de la más reciente Reunión de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, en la que investigadores de la Universidad Northwestern han expuestos sus hallazgos sobre el origen de su don.

La clave está en una neurona

En busca de la clave del súperenvejecimiento, estos investigadores analizaron los cerebros de diez ancianos que habían disfrutado de una calidad de vida inusual hasta bien alcanzada la vejez.

Como cabía esperar, en todas ellas había un factor común, que resultó ser la cantidad de neuronas Von Economo, un tipo concreto de células nerviosas que permiten la transmisión rápida de información en áreas amplias de los cerebros de simios, elefantes y cetáceos.

Desde su descubrimiento, en 1929, se ha descrito su implicación en el desarrollo correcto de un gran número de habilidades cognitivas, pero no se había observado su relación con la resistencia a la aparición de enfermedades neurodegenerativas.

De hecho, tal es su papel en esta resistencia que incluso los pacientes que mostraban signos bioquímicos de neurodegeneración, como proteínas deformadas u ovillos neurofibrilares, habían logrado esquivar los síntomas.

Por otro lado, la mayoría de estos súperancianos tenías más cantidad de estas neuronas que pacientes mucho más jóvenes, de entre 50 y 60 años.

Otro punto clave de esta investigación fue la descripción de otros puntos comunes al escaso 5% de personas que nacen con este súperpoder. Es muy frecuente conocer casos de ancianos centenarios, cuya memoria de hierro les permite compartir con los demás las múltiples y emocionantes historias que componen su interesante vida. Y es que, por lo general, se trata de personas que han vivido la vida con optimismo y una actitud extrovertida. Además, la mayoría han disfrutado mucho de las relaciones sociales y también de actividades de ocio, como viajar o leer, todas ellas esenciales para el fortalecimiento de la salud mental.

Pero si hay algo que resulta extremadamente curioso en todo esto es que un 71% de los súper ancianos entrevistados para el estudio habían sido fumadores y un 83% habían bebido alcohol de forma regular.

¿Significa esto que beber o fumar es bueno para la salud? Ni muchísimo menos. Sólo un 5% de los seres humanos nacen con esta virtud, mientras que se calcula que el tabaco mata cada año a 7 millones de personas en todo el mundo.

Eso sí, lo de imitar la actitud positiva de estos súperancianos sí que puede ser buena idea. Al  menos hasta que la ciencia descubra cómo emular sus neuronas.

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