Muchas personas tienden a pensar que todo alimento que provenga de la naturaleza debe ser sano, por encima de todas las cosas. Sin embargo, no debemos olvidar que la cicuta proviene de una planta apiácea y que algunas setas pueden causar la muerte con sólo probarlas.

Uno de los rincones de internet en los que más ha calado esta filosofía ha sido la red social Instagram, en la que la comida debe ser bonita, muy natural y, en última instancia, estar buena.

Por eso no resulta sorprendente el reciente descubrimiento del botánico James Wong, que se encontraba navegando en la web cuando se topó con la imagen de un instagramer que mostraba un llamativo y saludable pudin de arándanos, decorado con unas cuantas flores tan bonitas como venenosas.

Natural no siempre es igual a sano

Ni qué decir tiene que sí que existe una inmensidad de productos naturales muy saludables, capaces de prevenir un gran número de enfermedades. De hecho, los propios arándanos del pudin que inició el revuelo son un alimento magnífico, esencial en la prevención de enfermedades como los trastornos cardíacos o algunos tipos de cáncer.

Sin embargo, no se puede decir lo mismo de las flores con las que estaba decorado. Sí que es verdad que cada vez es más frecuente el uso de flores en cocina, sobre todo en el área de la repostería; pero no siempre pueden ser consideradas como comestibles.

En este caso el instagramer, cuya identidad no fue revelada por el botánico,  había elegido una especie de narciso cuya composición contiene licorina, un alcaloide que en el mejor de los casos produce diarrea, vómitos y convulsiones; pero, en cantidades elevadas, la muerte.

Lo más curioso de esta historia es que no se trata de un caso aislado, ya que después de que Wong lo publicara en su Twitter le llovieron las respuestas de internautas que conocían historias similares. Por ejemplo, en 2009 12 niños tuvieron que ser ingresados después de confundir los bulbos de narciso con cebollas y utilizarlos para preparar sopa en una clase de cocina.

Éste fue un triste accidente, fruto de la inocencia de los pequeños, pero existen casos aún más preocupantes, como el de una pastelera profesional, que usó estas mismas flores para decorar un pastel de bodas. Afortunadamente, ningún invitado cayó enfermo, posiblemente porque dejaron a un lado las flores, pero si alguno hubiese intentado probarlas la boda podría haber terminado en tragedia.

Queda claro, por lo tanto, que por lo general los alimentos naturales serán mucho más sanos que los ultraprocesados, pero para eso el primer y más importante paso es que sean comestibles. Y si no, que se lo digan a Sócrates.

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