Cuando se trata de construir casas en un árbol, algo tan propio de los chicos y chicas de Estados Unidos, existe algún que otro riesgo de accidente a tener en cuenta. El más común de todos, una mala caída desde el mismo árbol, aunque no es el único ni tampoco el más peligroso de dichos riesgos.

De hecho, existe la posibilidad de tener un accidente con los tornillos usados para esta construcción. Eso es lo que le ocurrió al adolescente Darius Foreman, de 13 años y natural de Maryland, según informa la cadena de noticias CNN. El accidente pudo llegar a ser letal, ya que el joven llegó a tener un tornillo de casi 15 centímetros perforando su cabeza.

Según el medio, Darius se cayó y se golpeó con una tabla de madera, con la mala suerte de que un tablón cayera sobre su cabeza. El tornillo que asomaba de la madera le atravesó el cráneo, quedando la punta entre las dos mitades de su cerebro.

En este caso, la preocupación es lógica: se podría haber producido un terrible daño cerebral. Concretamente, en el caso del adolescente, el tornillo podría haber dañado un área cerebral llamada seno sagital superior, una de las venas cerebrales principales cuya lesión podría haber desembocado en una hemorragia cerebral masiva.

Dependiendo del grado de lesión en esta zona venosa y el sangrado asociado, existen diferentes probabilidades de sobrevivir. Por suerte para Darius, el tornillo estuvo muy cerca, pero no llegó a rasgar el seno. Según el Dr. Alan Cohen, neurocirujano del Hospital Johns Hopkins y responsable de la operación, se quedó a apenas un milímetro de distancia de haber provocado el temido sangrado masivo.

En este caso, retirar el tornillo hacia fuera sin más no es una opción, ya que se necesitan técnicas quirúrgicas muy cuidadosas para no provocar una hemorragia por la misma intervención quirúrgica. Por otro lado, había que tener en consideración la tabla de madera de metro y medio unida al tornillo, la cual tuvo que ser cortada por la mitad para que el joven pudiese ser trasladado en ambulancia.

Finalmente, los neurocirujanos extrajeron la pieza del cráneo de Darius y tras apenas cuatro días pudo ser dado de alta del hospital. Y también se llevó el tornillo, esta vez como un recuerdo y junto una experiencia para olvidar.