Tres semanas después de la llegada del 2018, millones de personas en todo el mundo se encuentran inmersas en el cumplimiento de su lista de propósitos para el nuevo año.

No cabe duda de que uno de los principales que suele encabezar este tipo de listas es realizar ejercicio más a menudo, aunque esto incluye un abanico muy grande de actividades diferentes.

Por ejemplo, cada vez son más las personas que deciden apuntarse al yoga; que no sólo sirve para ejercitar el cuerpo, ya que también es una herramienta maravillosa para lidiar el estrés del día a día. Por todo esto, se ha convertido en la opción preferida de un gran número de famosos, que cada día muestran orgullosos sus progresos en las redes sociales.

Pero lo que cada vez goza de más adeptos entre las celebrities no es el yoga convencional, sino el Bikram Yoga, una variante muy peculiar, consistente en la realización de ejercicios típicos en el interior de una sauna, a temperaturas de 40-42ºC. Sus seguidores más fieles, como las actrices Jennifer Aniston y Gwyneth Paltrow, alegan que esta condición especial lo hace mucho más beneficioso para la salud. Sin embargo, un estudio llevado a cabo recientemente por investigadores de la Universidad de Texas demuestra que no existen diferencias relevantes, más allá de las ingentes cantidades de sudor secretadas por quienes lo practican.

El yoga de los famosos

Ideado en los años 70 por el maestro yogui Bikram Choudhury, el Bikram yoga consta de un total de 26 posturas y dos ejercicios de respiración, o 26 asanas y dos pranayamas, como se les conoce técnicamente.

La sesión dura un total de 90 minutos, durante los cuales los practicantes deben situarse en una sauna diseñada para alcanzar temperaturas de 40-42ºC y una humedad de entre el 40 y el 50%. Teóricamente todos estos factores contribuyen a que los vasos sanguíneos se dilaten, duplicando los efectos beneficiosos que normalmente aporta este deporte a la salud vascular.

Sin embargo, el trabajo publicado recientemente en Experimental Physiology pone de manifiesto un dato inesperado al respecto.

Con el fin de estudiar los efectos de este tipo de actividad física, un equipo de investigadores estadounidenses reclutó a 80 personas que se dividieron en tres grupos: los que practicaron bikram yoga, los que realizaron la variante tradicional y un grupo control que no realizó ninguna de las dos versiones.

Tras analizar el estado de su salud pasadas unas jornadas de entrenamiento; concluyeron que, al contrario de lo que alertan algunos profesionales de la medicina, el yoga a altas temperaturas no supone ningún riesgo para la salud de los participantes, pero tampoco les aporta ningún beneficio extra.

Aun así, cada vez es más grande la fama de este tipo de yoga, cuya práctica se ha ido extendiendo por todo el planeta. Incluso ya se practica en España, dónde goza de seguidores como el exfutbolista Emilio Butragueño o la exministra Elena Salgado. Desde luego, ellos sí que pueden decir que sudan la camiseta.

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