El exministro Jorge Fernández Díaz se encuentra ingresado en el madrileño Hospital de la Princesa tras haber sufrido un infarto. No es, seguramente, el motivo por el que se esperaría un empeoramiento de la salud del político, que -como él mismo ha explicado- fue diagnosticado en 2016 con un cáncer de hígado, un tumor que no tiene muy buen pronóstico, aunque el catalán ha sido tratado con una de las terapias más innovadoras frente al mismo, la radioembolización de su tumor. 

El caso de Fernández Díaz no es raro, ya que las personas que han sufrido un cáncer primario tienen un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, como el infarto o el ictus, según demostró el pasado año un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology (JACC). 

Como explicaba en su blog de la Sociedad Española de Cardiología la especialista Andrea Postigo, ya se sabía que los eventos cardiovasculares son una de las mayores causas de morbimortalidad en los pacientes oncológicos. De hecho, comentaba la médica, en pacientes de cáncer de mama diagnosticados de forma precoz, causan más mortalidad que el propio cáncer. 

Pero el estudio publicado en JACC demuestra que también los pacientes con diagnóstico reciente de cáncer presentan un riesgo aumentado de infarto de miocardio e ictus, aunque el primero es mayor y más persistente. También existe un aumento proporcional del riesgo según el estadio oncológico, siendo significativamente mayor en pacientes con mayor carga tumoral o extensión de la enfermedad, lo que también coincide con el estado de Jorge Fernández Díaz. 

"Estos pacientes son complejos, y existe controversia relativa a la necesidad de prevención cardiovascular y el tratamiento de eventos cardio y cerebrovasculares. Parte de esta población tiene también un riesgo hemorrágico aumentado debido a procedimientos invasivos, coagulopatía, anemia o trombocitopena asociada a tratamientos quimioterápicos, etc. Son necesarios nuevos estudios que aporten evidencia acerca del balance riesgo/beneficio en este subgrupo", comentaba Postigo con respecto a la pregunta obvia tras la publicación del estudio: ¿se debe tratar a los pacientes de cáncer para prevenir eventos cardiovasculares?

En cualquier caso, el hecho de que el exministro haya sido ingresado en el Hospital de la Princesa parece señalar que se ha aplicado con éxito el "código infarto", el procedimiento perfectamente establecido que suele concluir con la colocación de un stent en una de las tres arterias coronarias principales, cuya oclusión causa lo que se conoce popularmente como infarto pero cuyo nombre adecuado es síndrome coronario agudo (SCA).

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