Durante los últimos años las básculas digitales han desbancado a los pesos analógicos y convencionales del pasado. Muchas incluyen además la opción de darnos unos cuantos datos más sobre nuestro organismo: porcentajes de grasa corporal (superficial y visceral), de grasa magra o músculo, e incluso porcentaje de agua corporal. Un 'todo en uno' que, en muchos casos, apenas cuesta entre 30€ y 50€, un "chollo" teniendo en cuenta que este tipo de básculas se usan a nivel profesional por parte de nutricionistas y su valor económico supera los 600€.

Su nombre real es "báscula de bioimpedancia eléctrica", es decir, un tipo de básculas que basan su funcionamiento en poder medir los diferentes tipos de tejido de un cuerpo humano gracias a la capacidad que tienen para conducir la electricidad. Hoy repasaremos cómo funcionan dichas básculas (muchas de las cuáles incorporan aplicaciones móviles para seguir tu evolución) y si de verdad cumplen lo que prometen estos "chollos tecnológicos" en comparación a las básculas profesionales.

¿Cómo funcionan?

Actualmente, debido a su funcionamiento no invasivo y cómodo, la bioimpedancia es uno de los métodos más utilizados para medir los diferentes porcentajes corporales, sobre todo la temida grasa corporal. También es interesante para el individuo conocer su masa magra o masa muscular.

Este método se basa en las diferencias que existen entre las propiedades de conducción eléctrica del cuerpo humano, ya que cada tipo de tejido conduce mejor o peor la electricidad. Gracias a dicha conducción, la báscula estimará qué porcentaje existe de cada uno en base al peso, además de poder calcular el total de agua del organismo.

Su funcionamiento es relativamente sencillo. El agua es un buen conductor de la electricidad, y el organismo humano tiene un elevado porcentaje en todos sus tejidos: músculos, huesos y vasos sanguíneos. La bioimpedancia se sirve de estas propiedades para poder "medir". Por su parte, la masa grasa es un mal conductor, y genera resistencia al paso de la corriente.

Generalmente, este tipo de básculas de bioimpedancia contienen de dos a cuatro electrodos. Unos actúan como "toma de entrada" los otros como "toma de salida". Las básculas profesionales tienen un par de electrodos en su base (donde ponemos los pies), y los otros dos en un mango que se coge con ambas manos, por lo que la electricidad pasa de abajo hacia arriba para medir el organismo.

Lo que hace la báscula es registrar el tiempo que tarda la corriente en pasar de uno a otro electrodo: cuanto más músculo y menos grasa tengamos, más rápido pasara la corriente. Realmente lo que se mide es la masa magra, la cual es alrededor de un 73% de agua y por eso conduce muy bien el paso de la electricidad. El porcentaje de masa grasa se medirá por derivación, es decir, que realmente será el "resto" de la ecuación.

Cabe destacar, por otro lado, que este tipo de básculas requieren algunos datos y requisitos previos a su uso. Se debe indicar la edad, sexo, raza y condición física. Asimismo, no es recomendable realizar un ejercicio físico intenso 24 horas antes de su uso, ni usar alimentos o bebidas diuréticas que podrían alterar la hidratación corporal. Además, también se recomienda haber vaciado la vejiga y no haber comido nada las 3-4 horas anteriores a su uso.

¿Son fiables las básculas de bioimpedancia eléctrica?

Actualmente no existe un método 100% efectivo para medir a ciencia cierta la masa grasa y la masa magra de un individuo. Si bien es cierto que la bioimpedancia eléctrica es un método cómodo, no es el más eficaz, ya que la medición de los pliegues cutáneos por parte de un profesional (entrenador personal, o dietista-nutricionista) da unos datos más certeros. Y aún así, sigue tratándose de una aproximación.

La bioimpedancia eléctrica es un método de aproximación aceptable, sobre todo si tan solo buscamos un seguimiento no profesional. Sí es eficaz para controlar progresos de ganancia o pérdida de masa magra y masa grasa, pero tiene su porcentaje de error.

Cabe destacar, por otro lado, el tipo de básculas de bioimpedancia eléctrica que copan el mercado. A nivel profesional, como ya hemos comentado, se suelen usar básculas de bioimpedancia eléctrica con hasta 4 electrodos, dos de ellos en los pies y dos más en el mango. Este tipo de aparatos sí arroja una medición bastante exacta. Sin embargo, en el mercado no profesional, se suelen vender básculas con tan solo electrodos para los pies - las más comunes - o para las manos.

Si nos pesamos en una báscula que nos mida únicamente desde los pies, la corriente recorrerá nuestro cuerpo de cintura para abajo, siendo un pie la toma de entrada, y el otro pie la toma de salida. Eso quiere decir que no se podrá estimar la grasa abdominal, en muchas ocasiones una de las zonas más saturadas de este tipo de grasa, obteniendo así una mala aproximación.

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