Todavía queda suficiente mes de agosto como para disfrutar de lo que ofrecen nuestras ciudades, pueblos y barrios, bien porque vivamos allí o los hayamos heredado de nuestros padres. Buen tiempo, buena música -no sexista- y buena compañía para un jolgorio que casi dura las 24 horas del día. Sin ir más lejos, este fin de semana concluye la Aste Nagusia, la Semana Grande de Bilbao. 

Como fiestas que son, estos eventos van acompañados de todo tipo de excesos. Por ello, para evitar arrepentirse al día siguiente, mientras en la calle suenan las charangas de nuevo y tus amigos llaman a la puerta para que salgas pero tú no puedes moverte, te dejamos una serie de consejos refrendados por la ciencia (o por el sentido común) para divertirse con cabeza.

Lo sentimos: nada de alcohol

Empecemos por uno de los protagonistas en las calles de pueblos y barrios de toda la geografía española estos días: el alcohol. Siempre se ha hablado de consumir con moderación, pero ahora los científicos ponen en duda esa idea. Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, en EEUU, analizaron los hábitos de 9.000 adultos de mediana edad, entre 23 y 55 años, para relacionarlos con su salud física.

Así, estos expertos concluyeron que las personas que bebían poco o moderadamente (el equivalente a seis pintas de cerveza semanales) tenían un estado de salud malo si lo combinaban con cigarrillos o los habían fumado en el pasado. Lo mismo experimentaban aquellos abstemios que habían tomado alcohol anteriormente y que se diferenciaban de los abstemios de toda la vida.

Por ello, Jennifer Maggs, profesora de dicha universidad y una de las autoras del estudio, alerta de que "es peligroso informar solo de beneficios del consumo moderado de alcohol", olvidando lo que hace el consumo a medio o largo plazo. El estudio, por tanto, pone en duda los supuestos beneficios de esa copita de vino o esa cerveza en las comidas, así que tenlo en cuenta en tus salidas.

Si, aun así, continúas pensando que una vez al año no hace daño, mejor no te pases. Otro estudio, en esta ocasión de la Universidad de California en San Francisco, alerta de que el consumo excesivo puede provocar diversos daños en el hígado a corto plazo.

No es la primera vez que se relaciona la ingesta de alcohol con este órgano; en esta ocasión, los investigadores estadounidenses emborracharon 21 veces a unos ratones hasta que descubrieron los primeros síntomas de enfermedades hepáticas, como inflamación o tejido graso. Además, también aumentaron las enzimas que metabolizan el alcohol y que pueden dañar el hígado.

Con este estudio, los investigadores rechazan la idea de que los daños del alcohol en el hígado suceden a largo plazo: "Incluso un corto periodo de lo que los humanos considerarían beber en exceso derivó en disfunciones del hígado", ha dicho Frederic Hopf, responsable del estudio. Por tanto, más vale evitar una borrachera detrás de otra durante las fiestas patronales.

Cuidado con los atracones y los churros

También es esta una buena ocasión para asaltar una nevera repleta de productos típicos o atracarse de las especialidades locales en los bares del pueblo. Sin embargo, hay que hacerlo con mesura. Además de evitar los empachos y las comidas indigestas, se debe masticar despacio y desmenuzar bien la comida, para facilitar el trabajo al aparato digestivo: al hacerlo, mandamos la señal a las glándulas salivales y el estómago para que segreguen sus enzimas.

Igual que los caprichos deben ser algo muy esporádico en tu día a día, en fiestas no debe ser menos. Consume tus buenas raciones de fruta, verdura, legumbres y frutos secos; la fibra te ayudará además a tener mejores digestiones. Bebe agua para hidratarte y no te atraques a todas horas. Tu salud lo agradecerá.

A la hora del desayuno (o más bien almuerzo) en fiestas, no pueden faltar unos churros mañaneros que hagan recuperar fuerzas después de una noche de farra. Más allá de la abundante grasa que contienen, una investigación del CSIC alertaba de que algunos compuestos perjudiciales para la salud, como la acrilamida y el hidroximetilfurfural, aparecen con mayor frecuencia cuando el aceite de girasol se calienta de 190 a 200 ºC. Por ello, y si no sabes a qué temperatura se están friendo esos churros, mejor que los evites.

Pero en las fiestas no solo los adultos disfrutan, también los niños. Si los mayores deben tener cuidado con el alcohol o las comidas pantagruélicas, los retoños deben estar alerta ante el mismísimo algodón de azúcar. ¿La razón? La cantidad del blanco granulado que contiene: entre 25 y 35 gramos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un adulto no debería consumir más de 25 gramos diarios de azúcares añadidos, unos 6 terrones de 4 gramos cada uno. Por ello, en niños la ingesta debería ser menor, aunque lo ideal sería que ni unos ni otros tomaran mi un miligramo de azúcar.

Era un domingo en la tarde, fui a los coches de choque...

Abstemios o no, sobrios o con unas copas de más, las instalaciones recreativas que se colocan cerca de barras y casetas tienen también cierto peligro. Aunque el riesgo de que ocurra alguna desgracia es muy pequeño (la Asociación Internacional de Parques de Atracciones habla de una probabilidad de 1 entre 250 millones), en los coches de choque, tiovivos y demás estructuras de este tipo hay que seguir ciertas precauciones.

Siempre y cuando los dueños cumplan con las normas de seguridad y hayan realizado las rutinas de mantenimiento, nosotros solo tendremos que respetar las alturas mínimas para subir y colocarnos adecuadamente la protección que se nos facilite. Las personas con problemas en la espalda o en el cuello también deberían tener cuidado.

Música y aglomeraciones

Después de un duro día de copiosas comidas, abundante bebida y divertimentos varios, llega la madrugada y las orquestas y barras están en su esplendor. Si queremos llegar con los tímpanos completos a nuestras casas, hay que saber que estar expuestos durante varias horas a una música con un volumen superior a 85 decibelios puede ocasionar pérdida auditiva y los 120 decibelios se consideran el umbral doloroso. Por tanto, aléjate de los altavoces.

Con todos estos consejos, tus fiestas volverán a ser como las de la infancia. Y no te amargues, porque no significan perder ni una pizca de diversión: sal a la calle y disfruta sin complejos.

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