La demencia es un mal inevitable en muchas ocasiones, que además no cuenta con ningún tipo de cura hasta el momento. Sin embargo, un diagnóstico temprano puede ayudar a ralentizar su desarrollo, favoreciendo que los tratamientos existentes puedan ejercer su función antes de que los síntomas sean demasiados graves.

Para ello, los métodos de diagnóstico utilizados deben cumplir dos premisas: ser poco invasivos y poder realizarse con facilidad. Por eso el reciente descubrimiento de un equipo de investigadores del Centro Médico Cedars-Sinai es una opción perfecta, pues consiste en un simple análisis de la retina del paciente.

En busca de las proteínas del Alzheimer

Según este estudio, publicado en JCI Insight, uno de los principales signos de existencia de Alzheimer es la presencia en el líquido espinal de placas beta-amiloides, unas proteínas que se acumulan en el cerebro de este tipo de pacientes.

Hasta ahora, la forma más habitual de medirlas es a través de una punción lumbar, pero ésta es una técnica muy invasiva, por lo que normalmente no se utiliza hasta que los signos de la enfermedad son relativamente claros.

Sin embargo, en un futuro este tipo de análisis podrían ser más sencillos, ya que estos investigadores han descubierto que las placas beta-amiloides también se acumulan en la retina, por lo que una inspección visual a través de escáneres de alta definición podría ayudar a diagnosticar la demencia, de una forma totalmente indolora.

De este modo, no sólo se podría dictaminar la presencia de la enfermedad en pacientes con antecedentes familiares, sino que también se podría hacer un seguimiento de su evolución, con el fin de ajustar el tratamiento con la mayor precisión posible.

Otros métodos de diagnóstico

La inspección de la retina no es el único método descubierto recientemente que podría servir para diagnosticar la demencia de forma rápida, eficaz e indolora.

De hecho, estudios recientes se han adentrado en otros parámetros, como los cambios en el olor corporal de los pacientes pre dementes o problemas en su propio olfato.

Todos ellos, junto a los que seguramente queden por descubrir, aportarán algo de tiempo extra a estos enfermos; hasta que un día pueda anunciarse por fin la cura de esta enfermedad.

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