Cuando se produce un ahogamiento durante un tiempo prolongado -más de cinco minutos sin oxígeno-, existen daños cerebrales posteriores con total seguridad, algunos de los cuales se vuelven irreversibles y perduran para siempre.

Éste no fue el caso de Edén, una niña de dos años cuyo ahogamiento en la piscina familiar se produjo en febrero de 2016. Durante 15 minutos, la niña permaneció sumergida, llegando a sufrir un paro cardíaco hasta que su madre se percató de la situación, se lanzó a por ella y le realizó una reanimación cardiopulmonar que se prolongó durante dos horas. Finalmente, se consiguió reanimar a la pequeña mediante la colaboración de los médicos del Centro Médico Regional de Washington en Fayetteville (Arkansas).

Durante las siguientes 48 horas, Edén permaneció en cuidados intensivos, pero tras ser dada de alta, las lesiones cerebrales que sufría le impedían caminar, hablar o responder ante las voces. Ante tal panorama, el especialista en terapias con oxígeno hiperbárico Paul Harch propuso usar un tratamiento con terapias de oxígeno para intentar solucionar la situación. Y funcionó.

Terapias con oxígeno contra el daño cerebral

En un trabajo publicado recientemente en Medical Gas Research, a cargo del propio Paul Harch y su colega Edward F. Fogarty, se ha explicado cómo el uso de tratamientos a base de oxígeno -incluyendo la terapia con oxígeno hiperbárico-, fue posible revertir de forma significativa las lesiones cerebrales que sufría Edén, evitando la degeneración de dicho tejido a largo plazo.

Esencialmente, la terapia con oxígeno hiperbárico funciona mediante la administración de este gas en una cámara sellada a una presión superior a la ambiental. Esto provoca que aumente la cantidad de oxígeno disponible a nivel sanguíneo en un individuo, pudiendo restaurarse los niveles normales y ayudando a reparar tejidos dañados. De hecho, algunos de sus usos son el tratamiento de infecciones, quemaduras, intoxicaciones por monóxido de carbono, úlceras resistentes al tratamiento e incluso se ha propuesto para tratar la fibromialgia.

Una terapia combinada de oxígeno

Ante la falta de disponibilidad de una cámara hiperbárica para Edén, el equipo de médicos empezó su tratamiento usando oxígeno normobárico -a una presión similar a la ambiental- tras haber pasado 55 días del episodio de ahogamiento. El tratamiento consistía en el uso de dicho oxígeno durante 45 minutos dos veces al día mediante una cánula nasal.

Con este tratamiento inicial, la niña empezó a recuperarse paulatinamente, aumentando su estado de alerta y sus movimientos de brazos y manos. Además, también pudo empezar a comer y a formular pequeñas frases.

Tras 21 días con esta terapia, fue posible trasladar a Edén y a su familia a Nueva Orleans, dónde se inició el trata con oxígeno hiperbárico. En este caso, con tan solo 10 sesiones, Edén empezó a mejorar sustancialmente a falta de su función motora. Por ello, a partir de dicha sesión, se empezó a combinar la terapia de oxígeno hiperbárico con terapia física.

Eden's Story- A Miracle in the Making- Part 1

Tras completar un total de 39 sesiones con oxígeno hiperbárico, la niña había mejorado su forma de caminar, e incluso su voz era mejor. Además, tras realizarle pruebas neurológicas, sus funciones motoras y cognitivas se encontraban cercanas a la normalidad.

Tras finalizar el tratamiento, tras más de 5 meses del episodio de la piscina, las pruebas de neuroimagen aún mostraban lesiones a nivel cerebral de forma leve, pero se habían solucionado casi por completo.

Terapia con oxígeno hiperbárico, ese gran desconocido

Los autores comentan en su trabajo que actualmente el uso de terapias con oxígeno normobárico e hiperbárico aún no se comprenden totalmente, y se usan solo en casos puntuales, pues aún existe preocupación por la posible toxicidad del oxígeno.

Sin embargo, en este caso, el tratamiento a base de oxígeno combinado fue capaz de reducir la inflamación cerebral y asegurar la supervivencia de las células cerebrales.

Como bien comentan los investigadores, al tratarse de un único caso, es imposible concluir si la terapia con oxígeno normobárico combinada con oxígeno hiperbárico es mejor que el uso de oxígeno hiperbárico solo, o si la duración de ambos tratamientos ha sido la adecuada o podría ser menor y conseguir los mismos resultados.

Por el momento, será necesario continuar investigando el potencial de estas terapias de oxígeno en otros casos de similares características, aunque hoy en día ya se usan en casos de lesiones cerebrales como los ictus, trastornos craneoencefálicos o cualquier tipo de lesión cerebral causada por una falta de oxígeno prolongada.