¿Qué sabemos de nuestros pulmones? Que nos sirven para respirar, por supuesto; que tenemos dos, dispuestos uno a cada lado del corazón; y que no miden todos lo mismo, pues son órganos que dependen del tamaño de la caja torácica del individuo que los posee.

Veamos ahora algunas curiosidades que puede que nos sorprendan:

No solo sirven para respirar

Sí, es cierto que desde siempre se nos ha explicado en la etapa escolar, secundaria e incluso universitaria que los pulmones sirven esencialmente para respirar. Se inhala oxígeno, que es transportado a la sangre, y se espira dióxido de carbono hacia el exterior. Este es aprovechado por las plantas para realizar la fotosíntesis durante el día, ya que por la noche absorben oxígeno.

Sin embargo, un estudio reciente dio a conocer una nueva función de los pulmones: fabricar la mayoría de las plaquetas, las células de la sangre responsables de cicatrizar heridas, entre otras funciones.

Las cifras de la actividad pulmonar

Durante el día, se respira entre 12 y 20 veces por minuto en un estado de reposo. Dicha cifra puede aumentar en determinadas situaciones: los niños de entre 1 y 6 años pueden llegar a respirar hasta 30 veces por minuto y estar dentro de la normalidad. Durante el ejercicio físico, es normal que aumenten las respiraciones por minuto. Ahora bien, si en reposo se llega a respirar entre 25 y 30 veces por minuto, sobre todo en personas ancianas, puede ser un signo de infección corporal.

Por otro lado, con una frecuencia respiratoria normal en reposo, un individuo de unos 70 kg respiraría unos 6 litros por minuto, con una media de medio litro por respiración. Finalmente, como curiosidad, no es posible medir la frecuencia respiratoria de uno mismo, ya que al intentarlo nuestra respiración cambiaría al prestarle atención, volviéndose más lenta y profunda. Ese es el motivo por el que tiene que hacerlo alguien externo.

Los dos pulmones no son iguales entre sí

Los dos pulmones, a pesar de ser de un tamaño similar, no son iguales: el pulmón derecho consta de tres partes o lóbulos, mientras que el pulmón izquierdo tan solo tiene dos lóbulos y un 'lóbulo medio' llamado língula, de un tamaño mucho inferior a un lóbulo normal.

Esto se debe a que el pulmón izquierdo debe dejar espacio para el corazón, el cual ocupa parte de la zona donde debería estar ese tercer lóbulo.

Es posible vivir con un solo pulmón

Ya sea de forma genética -atrofia pulmonar- o a causa de alguna enfermedad en estos órganos, en ocasiones es necesario realizar la retirada de parte de un pulmón -lobulectomía- o del pulmón entero -neumonectomía-. Las causas más comunes incluyen cánceres diseminados u enfermedades pulmonares degenerativas graves.

En tal caso, sí, es posible vivir con un solo pulmón. Aunque, como cabe esperar, la función respiratoria disminuiría de forma significativa sin llegar a comprometer la vida.

Las enfermedades que lesionan a los pulmones

Entre las enfermedades crónicas que afectan al pulmón, destacan dos: el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC.

El asma es una enfermedad congénita -se nace con ella- y puede relacionarse o no con las alergias. En dicha enfermedad se produce una disminución del calibre de los conductos respiratorios, produciendo un signo llamado 'sibilancia', que los pacientes con asma suelen describir como 'pitos en el pecho'.

Dicho signo es reversible mediante el uso de inhaladores, lo cual ayuda a diagnosticar la enfermedad. Si no es significativamente reversible mediante dicho tratamiento, no puede catalogarse como asma.

Por otro lado, el EPOC es una enfermedad adquirida que tan solo puede llegar a sufrirse si en algún momento de la vida se ha consumido tabaco durante una determinada cantidad de años. En dicha enfermedad se produce una irritación e inflamación del tejido pulmonar interno, lo cual produce también una disminución del calibre de los conductos pulmonares.

Sin embargo, en este caso, los inhaladores no pueden revertir totalmente el cierre sino solo en parte, ya que la enfermedad se caracteriza por producir una inflamación de por vida que no llega a curarse jamás. Tan solo se controla con el tratamiento.

Como curiosidad, sí existen individuos que sufren ambas enfermedades a la vez, aunque no es algo demasiado común.

Sin tabaco, el cáncer de pulmón sería una enfermedad rara

El consumo de tabaco de forma activa es la principal causa de cáncer de pulmón, seguido por la inhalación de humo de segunda mano, el asbesto y el radón, la contaminación ambiental y algunos tipos de virus.

Existen cuatro tipos diferentes de cáncer de pulmón, y tres de ellos están relacionados con el consumo de tabaco, representando entre el 80% y el 90% de los casos. Únicamente existe un tipo carcinoma de pulmón no dependiente de dicha droga.

Por ello, según refirió José María Ignacio, neumólogo de Quirón Marbella durante el Día Mundial sin Tabaco del pasado año 2013, si el tabaco no existiese se podría catalogar el cáncer de pulmón como una "enfermedad rara", ya que el porcentaje de cáncer de pulmón no relacionado con el tabaco es escaso en comparación al total de tumoraciones tabaco-dependientes.

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