Las bebidas energéticas, de la misma forma que otros productos ricos en cafeína, han estado durante los últimos años en el punto de mira de las autoridades sanitarias. Asimismo, su ingente cantidad de azúcar y otros estimulantes y productos aditivos que contienen han ayudado a clasificarlas como un producto peligroso.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Association ha llegado a la conclusión de que el exceso de cafeína contenido en cada lata de este tipo de bebidas no es el único problema, y que sus otros ingredientes podrían ser los responsables de los problemas de salud ocasionados por estos refrescos estimulantes.

Problemas de salud

Según los investigadores responsables del estudio, aquellos individuos que consumen bebidas energéticas son más proclives a sufrir cambios en la actividad eléctrica del corazón y en la presión arterial, en comparación a aquellos que consumen otras bebidas con una cantidad idéntica de cafeína sin otros componentes añadidos.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron a 18 hombres y mujeres, a los cuales dividieron en dos grupos: la mitad de los participantes consumió un litro de bebida energética -con sus correspondientes 108 gramos de azúcar y 320 miligramos de cafeína, junto a otros productos- y la otra mitad de los participantes consumió una bebida carbonatada (con la misma cantidad de cafeína), zumo de limón y jarabe de cereza. Tras una semana, cuando los productos consumidos habían sido expulsados de sus respectivos organismos, los participantes cambiaron las bebidas.

La actividad eléctrica del corazón de los participantes se analizó al comienzo del estudio y tras una, dos, cuatro, seis y 24 horas después de beber la bebida energética. Los resultados de los electrocardiogramas realizados a aquellos que consumieron bebidas energéticas en primer lugar desvelaron un alargamiento del QT, un tipo de intervalo que puede dar lugar a una arritmia cardíaca peligrosa para la vida si es demasiado corto o demasiado largo.

Presión alta para todos

Asimismo, tras medir la presión arterial de los participantes, se detectó que todos ellos experimentaron una alteración de la presión arterial sistólica o "alta", aunque tras el paso de seis horas las lecturas volvieron a la normalidad en aquellos individuos que solo habían tomado cafeína. Los que consumieron bebidas energéticas mantuvieron la presión arterial ligeramente por encima de lo normal tras el paso de ese tiempo, lo que indicaría que hay algún ingrediente más -además de la cafeína- en este tipo de bebidas que puede afectar a este parámetro de salud.

Finalmente, cabe destacar que aunque otros estudios han detectado otros problemas de salud relacionados con las bebidas energéticas, como lesiones cerebrales e incluso riesgo de muerte, la Asociación Americana de Bebidas ha llegado a emitir un comunicado afirmando que los resultados del estudio actual no son alarmantes: tan solo hubo 18 participantes en el estudio -una cifra baja-, y el aumento de presión arterial detectado podría ser comparable al experimentado "cuando se suben escaleras".

Por ello, será necesario seguir investigando en grupos más numerosos.

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