Grandes empresas como WHSmith, Marks & Spencer y Greggs, además de los comercios minoristas, han acordado reducir la proporción de venta de sus bebidas azucaradas en todos los hospitales de Reino Unido: tan solo el 10% del total de bebidas vendidas podrán contener azúcar añadido.

Los hospitales de Reino Unido dejan de vender bebidas no sanas y España ni se lo plantea

El Servicio Nacional de Salud de Inglaterra o NHS ha sido el artífice de esta campaña en contra del azúcar y cuyo objetivo es reducir la obesidad y fomentar unos hábitos de vida saludables, según ha informado la BBC. Las empresas que no cumplan el objetivo acordado podrían enfrentarse a una prohibición total y absoluta de la venta de todas sus bebidas azucaradas en los hospitales.

En España no existe ninguna iniciativa en este sentido, aunque el Gobierno anunció un impuesto al azúcar -que finalmente no se ha incluido en los presupuestos de este año- y algunos hospitales han instalado máquinas vending de productos sanos, pero que conviven con las anteriores. 

Una máquina de productos saludables

El azúcar, fuera de los hospitales

Las bebidas azucaradas como los zumos de frutas con azúcar añadido, o los cafés con jarabe de azúcar, entre otras muchas bebidas, han sido el objetivo de esta nueva campaña del NHS de Inglaterra.

Por otro lado, esta no es la primera acción "antiazúcar" del gobierno anglosajón, pues durante este año se ha ido reduciendo la oferta de bebidas azucaradas y comida basura en todos los hospitales de la nación, aumentando la oferta de alimentos más saludables. Asimismo, durante el próximo año, el NHS de Inglaterra pretende mejorar la calidad de los dulces y la confitería de los hospitales, reduciendo tanto la grasa como las calorías de otros productos como los bocadillos preenvasados.

Como bien explica Simon Stevens, director ejecutivo del NHS de Inglaterra, precisamente este organismo es uno de los mejor posicionados para llevar a cabo campañas de este tipo con el objetivo de mejorar la salud a nivel nacional. Además, de la misma forma que ocurre en España y otros países de Europa, cada año aumenta el gasto realizado en tratamientos contra la obesidad y la diabetes en lugar de destinarse a otros gastos más necesarios.

Cabe destacar, por otro lado, que no es necesario ni totalmente saludable eliminar al 100% el azúcar en los centros sanitarios. En este caso bajar hasta un 10% los refrescos azucarados es razonable ya que existen casos donde una dosis rápida de azúcar puede salvar vidas; como es el caso de los pacientes con diabetes tipo 1, más propensos a las bajadas de azúcar o hipoglucemias, donde el tratamiento rápido es una dosis de azúcar de fácil absorción -como un refresco azucarado o un zumo, por ejemplo-.