La terapia génica ha demostrado ser segura y eficaz en muchos casos. Desde ser un potencial tratamiento contra la hemofilia, pasando por curar la sordera e incluso parece tener cierto potencial antienvejecimiento.
Pero ahora ha ido un paso más allá, siendo una alternativa a tener en cuenta en la lucha contra el cáncer.Hace tan solo dos años, este tipo de tratamiento donde se usa la conocida como "ingeniería genética", mediante la que podemos alterar los genes a voluntad en laboratorio, logró salvar la vida de un bebé con cáncer terminal.
Pero, aunque en numerosas ocasiones ha demostrado ser una técnica segura, eso no elimina totalmente los riesgos. Un fallo puede provocar la muerte.Sin embargo, la compañía farmacéutica Kite Pharma, de EEUU, se muestra confiada sobre el futuro del tratamiento. Tras un ensayo de seis meses de duración donde han usado terapia génica, afirman haber logrado la remisión completa de diversos cánceres terminales en sus pacientes.

Un potencial tratamiento contra el cáncer

En el estudio participaron 101 personas que sufrían uno de los tres tipos existentes de linfoma no Hodgkin en fase avanzada, algo que significaría un pronóstico de supervivencia de apenas unos meses.
Según Kite Pharma, tras una primera ronda de terapia génica nueve meses después del diagnóstico, la mitad de los participantes seguían con vida y un tercio de ellos parecían estar completamente curados.
Durante el tratamiento con axicabtagene ciloleucel, lo que se hacía era "filtrar" la sangre de los pacientes para eliminar un tipo de célula inmune llamado células T, las cuales son capaces de identificar células cancerosas. Esencialmente, el cáncer es capaz de desarrollarse en el organismo humano porque es capaz de despistar a este tipo de células.En este tipo de terapia, tras el filtrado, se estimuló a las células inmunes artificialmente en laboratorio para que fueran capaces de eliminar a las células cancerosas de forma más eficaz.

Los riesgos de seguir una terapia génica

Los investigadores se muestran muy positivos y llegan a afirmar, en una entrevista a The Telegraph, que este tipo de tratamientos, capaces de potenciar las células T, podrían ser una alternativa segura como tratamiento de los linfomas agresivos y resistentes en un futuro cercano.
Si bien es cierto que hasta un 36% de los pacientes tratados con una sola dosis han visto como su enfermedad ha remitido, la terapia no es segura totalmente.Por un lado, si se potencia el sistema inmune humano, las consecuencias para el mismo pueden ser fatales.
De hecho, durante el estudio, dos de los participantes murieron por causas ajenas a su enfermedad (una linfohistiocitosis hemofagocítica y una parada cardíaca, que se relacionaron directamente con el fármaco). Por otro lado, el 43% de los participantes sufrieron anemia, y hasta el 39% una bajada de defensas en su sistema inmune; asimismo, casi uno de cada cuatro sufrió una bajada de plaquetas en sangre.Los investigadores afirman que son necesarios más estudios al respecto, sobre todo para comprender los efectos secundarios de su terapia y las posibles complicaciones de la misma. Aún así, los resultados del estudio no han sido completamente desvelados, y no será hasta el próximo mes de abril cuando estén completos.

Noticias relacionadas