Si usted quiere tener un hijo con un danés rubio de ojos azules, 1,84 metros de altura y 90 kilos de peso, está a golpe de clic de intentarlo. El futuro padre de sus hijos se llama Geoff y su semen se vende en internet por 635 euros. 

Sin embargo, según los especialistas en reproducción asistida, el sueño de esta descendencia a la carta es más que probable que no se cumpla. Si usted compra el esperma de Geoff, incurrirá en una práctica poco recomendable: peligrosa, alegal y, sobre todo, poco eficaz. 

Según la subdirectora de la Clínica Tambre, Rocío Núñez, la tasa de éxito de una inseminación artificial (IA) con semen de donante adquirido por internet no supera el 10%. "En condiciones idóneas, una IA tiene una eficacia de un 30%", comenta a EL ESPAÑOL. 

Esta especialista es la autora del Decálogo para elegir un banco de semen con garantías, un documento elaborado hace un año ante la sensación de que muchas personas, "sobre todo mujeres solas" recurrían a la compra de esperma por internet para intentar ser madres sin pasar por una clínica de reproducción asistida.

Núñez cree que los motivos detrás de esa práctica varían: por una parte, muchos pacientes creen que se ahorran costes; a otras les atrae la idea de poder elegir el donante, algo que prohíbe la Ley 14/2006 sobre Reproducción Asistida que, en su artículo 5, especifica: "La donación será anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos de identidad de los donantes por los bancos de gametos". 

Esto fue lo que llevó a Núñez a pedir el aval de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) cuando creó su documento. El asunto adquirió tanto relieve que el Ministerio de Sanidad acabó desaconsejando esta práctica, en una nota hecha pública el pasado mes de octubre.

Nota que, por cierto, no hizo ninguna gracia a los responsables de uno de los bancos de semen más conocidos, el danés Cryos que, según adelantó El confidencial, demandó a la SEF por emitir una información falsa. "Me querían demandar a mí personalmente", destaca la también secretaria de la Fundación Tambre. 

"Ellos sostienen que no es ilegal porque lo que se hace en la casa de cada uno no es reproducción asistida", explica Núñez. Pero a esta experta y a otros en su campo les preocupan más otros aspectos , sobre todo los relativos a la seguridad. 

De hecho, el punto 3 de su decálogo hace referencia a la correcta manipulación de las muestras de semen congeladas. "El nitrógeno líquido es peligroso; manipularlo es como sacar algo directamente del congelador pero más frío todavía, te puedes quemar", subraya. 

Tampoco la descongelación del semen es fácil para los legos. "No es como descongelar un filete", bromea Núñez. De hecho, en las clínicas se utiliza el baño maría para descongelar los envases donde viene el semen, denominados (y no es broma) pajuelas. 

"Desde que se descongela hasta que se procesa la muestra ha de pasar muy poco tiempo, y eso es algo que sólo se puede hacer en un centro sanitario por expertos", sostiene. 

Además, advierte de que la muestra de semen en un entorno no clínico puede contaminarse con agentes externos. "Se podría producir una infección en la vagina, no hay control". 

Por otra parte, la experta vuelve a hacer hincapié en el asunto de la eficacia. Ya no sólo es que la efectividad de este método de inseminación sea limitada -y más aún fuera de una clínica- sino que para una mujer es difícil calcular los días óptimos para su inserción. "No te puedes fiar sólo de esas calculadores de ovulación", revela Núñez. 

En cualquier caso, la experta quiere dejar un mensaje muy claro: esto no se trata de hacer que las personas acudan como clientes a las clínicas de reproducción asistida, es una cuestión de salud pública. Aunque bancos como Cryos certifican la salud de sus donantes, lo que obviamente no pueden comprobar es la compatibilidad con los óvulos de la receptora. "A veces una mujer se fija más en las características físicas que en las médicas", comenta.

Alguna potencial cliente de un banco de esperma que opere por internet podría preguntarse si sería posible un mix; es decir, acudir a una clínica de reproducción asistida y solicitar el esperma que ha visto en el catálogo danés. Núñez, se remite a la Ley: la clínica sí puede solicitar muestras a bancos como Cryos -de hecho, lo hacen- pero tienen que ceñirse a lo que dice la legislación. En el caso de una mujer sola, el fenotipo del donante se tendrá que parecer a ella; en el de una pareja, a una mezcla de los dos. 

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