Es frecuente que haya personas que se levanten sin hambre y se salten el desayuno. Siempre hemos oído que es una de las comidas más imprescindibles del día, ¿o no? ¿Hasta qué punto esto puede ser perjudicial para su salud? ¿Qué sucede si se opta por el ayuno?

El doctor Franco Sánchez Franco es jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, así como expresidente de la Sociedad Española y de la Comisión Nacional de Endocrinología, y considera, al ser preguntado por Infosalus acerca de esta cuestión, que su respuesta resulta "muy difícil" si se quiere hacer con base científica.

Dice que ha sido estudiado en múltiples trabajos, en relación sobre todo con el control de peso y con aspectos metabólicos y de composición corporal: "Hay múltiples estudios que no son en absoluto coincidentes. Hay varios demostrando que el salto de no desayunar aumenta el riesgo de sobrepeso-obesidad; y otros, en cambio, que el saltarse el desayuno ayuda en el control de peso. No hay datos de influencia en la tensión arterial, ni tampoco en la insulinemia o en resistencia a la insulina, y en la composición corporal".

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Por eso, el doctor Sánchez Franco cree que sobre este tema se puede considerar una "falta de precisión científica" porque, por ejemplo, en los trabajos científicos realizados al respecto no se considera el tipo de alimentos de desayuno, pero tampoco su calidad, ni su efecto sobre el ejercicio o el apetito en la siguiente comida.

Ahora bien, el especialista reconoce que sí se ha manejado este concepto en la nutrición infantil: "Hay un estudio muy significativo, con un número muy alto de niños (286.804 de 37 países), en los cuales se confirma que el salto de desayuno aumenta el peso en un 94%; y puede cambiar también aspectos metabólicos como un peor perfil lipídico, tensión arterial, resistencia a la insulina, y el síndrome metabólico. A pesar de todo faltan datos para precisar científicamente el tipo de alimentos, el tiempo de ayuno, y otros parámetros que pueden actuar como confusos".

En qué consiste un desayuno saludable

En este escenario cuestionamos al jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid sobre qué se puede considerar hoy en día como un 'desayuno saludable', a lo que el doctor responde que "no hay una definición consolidada sobre el hábito de desayuno".

Sí especifica que deben cumplirse los requisitos generales de nutrición de control de peso y de componentes con efecto positivo en la metabolización corporal. "Lógicamente debe haber variedad de alimentos, siempre alimentos variados son condición primaria; debe tener contenido en fibra en forma de cereales integrales o de alimentos tomados en grano total, o fruta o alimento lácteo", precisa.

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Resalta el doctor Sánchez Franco la recomendación o prioridad de tomar alimentos estimulantes de función cognitiva y de ayudantes en el control de peso, como son las infusiones, el café o el té. Sostiene también que se debe mantener la recomendación de infusión con leche porque garantiza el aporte en una o dos tomas de alimento lácteo, conteniendo calcio, que es un componente alimentario fundamental.

Eso sí, advierte de que, con el objetivo prioritario de control de peso y parámetros metabólicos, está claro que el desayuno no debe contener hidratos de carbono refinados: "Esta situación se podría admitir sólo para trabajadores manuales, no para personas de trabajo sedentario. Puede considerarse un error el hecho frecuente de que la gente de vida sedentaria desayune pan refinado, no integral y conteniendo aceite y tomate por su posible influencia en control de peso".

Es más, destaca que, claramente, la prioridad sería para frutas masticadas (no zumos), dado que además ahora hay fruta todo el año y son alimentos de máxima satisfacción de sabor y variedad. "La toma de cereales, lógicamente, sería integrales, y utilizada por personas con mayor gasto calórico como personas jóvenes o deportistas", agrega este especialista.

Por otro lado, preguntamos al expresidente de la Sociedad Española y de la Comisión Nacional de Endocrinología sobre los ayunos, ahora tan de moda, especialmente el de las 12 horas desde la cena hasta el desayuno. ¿Puede ser esta práctica idónea para nuestra salud?

"Esta es una forma relativamente frecuente de desarrollar el 'ayuno intermitente'. Los datos que hay científicos, ya bastante sólidos, están confirmando que es una estrategia positiva para el control de peso. Se han descrito otras ventajas como es que el ejercicio en el tiempo de ayuno se realiza con mayor fuerza y eficacia que en tiempo postprandial, aunque no con evidencia científica", aclara el doctor Franco.