Para los amantes del queso, degustar una tabla con distintas porciones de este rico manjar es uno de los mayores placeres a los que se puede aspirar a la hora de sentarse en una mesa. Da igual la variedad: ya sea un queso viejo curado como el que triunfa en Mercadona y que ha sido reconocido como uno de los mejores del mundo, un queso azul, un queso Camembert o incluso el propio queso de Burgos. Sin embargo, el queso es un placer tan exquisito como caro en la mayoría de los casos. 

Pero, ¿cuál es el queso más caro del mundo? ¿Qué características tiene y por qué ha llegado a costar hasta 5.000 euros por kilo? El queso más costoso de todo el planeta se llama Pule, tiene un color blanquecino, un sabor intenso y se fabrica en los Balcanes. Concretamente, en Sremska Mitrovica, Belgrado (Serbia). Allí coexisten unos 120 ejemplares de burra de los Balcanes, una raza única de la que se extrae la magnírica leche que se utiliza para fabricar este singular lácteo tan cotizado. En esta región, las burras se alimentan única y exclusivamente de pasto y heno, y no está permitido el uso de pesticidas, herbicidas ni fertilizantes químicos. 

El hecho de que su precio alcance los 1.000 euros el kilo de forma habitual y haya llegado a venderse hasta por 5.000 euros el kilo se explica a través de distintos factores que tienen que ver con la fabricación y con las características de la materia prima con la que se elabora. Tal y como explica la cuenta de divulgación científica Curiosidad Alimentaria, el animal que es utiliza para su elaboración influye en todo el proceso y en el precio final. "A diferencia de la vaca (que da entre 20-40 litros de leche al día), las burras son capaces de producir entre 300 mililitros y un litro en el mejor de los casos". Por lo tanto, hacen falta del orden de 15 burras para producir un litro de leche. 

La leche de burra tiene, además, una característica especialmente diferencial que la hace distinta al resto: posee un bajo contenido en caseína (la proteína necesaria para la coagulación de la leche y la que consigue pasar de líquido a sólido). Esta característica hace que sean necesarios "unos 25 litros de leche para obtener un kilogramo de queso". No ocurre lo mismo con la leche de vaca, por ejemplo, que se necesitan unos 10 litros de leche para elaborar un kilo de queso. Además, el proceso de ordeñe de las burras es totalmente artesanal y se hace a mano unas tres veces al día. 

Como última curiosidad cabe señalar que este queso no es nada fácil de conseguir. Distintas fuentes apuntan que el tenista serbio Novak Djokovic decidió comprar la gran mayoría de la producción anual para ofrecerlo de forma exclusiva en su cadena de restaurantes, los Novak Cafe & Restaruant que tiene en Serbia. 

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