A estas alturas lo más seguro es que hayas probado ya la kombucha —también llamada té kombucha, hongo manchuriano, hongo de té u hongo chino— porque su consumo se sigue multiplicando en España y todavía está lejos de tocar techo. Esta bebida fermentada de ligero sabor ácido, que se elabora con té endulzado y la acción de microorganismos como bacterias y levaduras, está de moda no solo por su sabor y por suponer una alternativa saludable a los refrescos, sino también por las muchas propiedades que se le han venido atribuyendo a lo largo de los siglos. De un origen confuso que se disputan Japón, Rusia y China, en los años 90 se asomó tímidamente en la televisión de nuestro país, pero no fue hasta 2016 con el auge de la filosofía healthy cuando empezó a fraguarse su éxito, catapultado sin pretenderlo por la reina Letizia.

De la kombucha han dicho que aporta beneficios al sistema cardiovascular, que refuerza el sistema inmunológico, que ayuda a depurar el organismo, que es buena para combatir el estrés y que tiene efectos antivíricos. También, según la retahíla de propiedades casi mágicas que se pueden leer en cientos de artículos, que ayudaría a mejorar la memoria, a perder peso, a aliviar el dolor menstrual y la inflamación, a fortalecer la crecida del cabello e incluso a prevenir el cáncer. La ciencia, por el contrario, no ha logrado evidenciar ninguna de estas cualidades, acercándose algún estudio a concluir que puede ayudar en la prevención de los catarros, pero nada más. Eso sí, se trata de un trago en principio saludable, con poca azúcar y alcohol, por lo que es perfecta para sustituir al refresco azucarado o a las bebidas alcohólicas.

Muchos han llamado a la kombucha el "elixir de la vida" al creerse que aumentaba la longevidad, pero los investigadores de la Universidad de Fairbanks (Alaska) concluyeron después de tres años estudiando a ratones que habían llegado a vivir más, pero que "los efectos y mecanismos comparables en los seres humanos siguen siendo inciertos". Un artículo publicado en el Journal of Food Protection asegura, en la misma línea, que "no hay beneficios para la salud comprobados asociaciados con su consumo" y una última investigación de 2014 a cargo del Laboratorio de Microbiología Industrial y Biotecnología de Alimentos de la Universidad de Riga (Letonia) sí afirma que es antioxidante, que ayuda al sistema inmune y da energía, por lo que es "atractiva como bebida funcional fermentada para la profilaxis de la salud".

Convencidos de que la kombucha no hace milagros pero es una sustituta saludable del alcohol y los refrescos azucarados, es la hora de desmontar otros de sus mitos. Y es que conserva un porcentaje de cafeína y de azúcar porque no se eliminan en su totalidad durante el proceso de fermentación y aunque la recomiendan como remedio para la resaca por la cantidad de vitaminas del grupo B lo cierto es que las cantidades que contiene no son significativas. A pesar de que mucha gente la elige para evitar tomarse una cerveza, un vermú o un vino hay que aclarar que puede llegar a tener una graduación del 3%. Tampoco es una bebida recomendada para todo el mundo y no debe tomarse en el embarazo y la lactancia, si se padece diabetes, una enfermedad inmunológica, intestinal o hepática. Se han detectado reacciones alérgicas como dolor de estómago y náuseas.

¿Kombucha casera? No, gracias

Aunque hay cientos de recetas de kombucha para hacer en casa que nos animan a ello diciéndonos lo fácil que es, lo cierto es que los expertos son muy claros en su advertencia: lo más recomendable es consumirla comprada. El motivo que esgrimen en que durante la elaboración casera de este té, que inevitablemente se realiza en estancias no estériles, es sencillo que la bebida se contamine. Al tener que emplear bacterias y levaduras podemos, sin querer, favorecer la aparición de otros hongos no deseados como el Aspergillus, que provoca infecciones y gastroenteritis.

Por eso siempre será más seguro adquirirla ya elaborada con todas las garantías. En este momento, en el que vivimos un auténtico bum de esta bebida en todo el país, son varias las marcas que elaboran en España, pero quizás la más reconocida sea Komvida, la kombucha extremeña que se vende incluso en Alcampo y Carrefour de la mano de sus creadoras: Beatriz Margo y Nuria Morales. Estas emprendedoras empezaron en 2016 y ahora copan más del 80% del mercado.

Ellas mezclan el hongo chino con té, azúcar y agua mineral, como dice la receta, pero también le añaden diversos zumos orgánicos para ofrecer varios sabores sin dejar de elaborar una bebida 100% ecológica que conserva además la burbuja que se produce en la fermentación. Se prevé que su éxito siga en aumento porque el consumo de este superalimento en España creció en 2020 un 128% en comparación con el año pasado y el primer trimestre de este 2021 lo ha hecho en un 292%.

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