¿Quién no se ha comido nunca un yogur caducado? Es posible que al encontrar un yogur con una fecha pasada impresa en la tapa del producto nos lo pensemos dos veces. Sin embargo, la mayoría de las madres en España nos solían decir: "¡Tómatelo que todavía está bueno, niño!". Y tenían razón: ahora la popular empresa Danone ha anunciado que sus yogures dejarán de tener fecha de caducidad para tener fecha de consumo preferente.

De todas formas, muchos consumidores no lo tienen tan claro y, por miedo a sufrir una intoxicación, tiran a la basura estos yogures y compran unos nuevos. Otro tanto pasa con los supermercados que, por no tener un yogur pasado de fecha en sus estanterías, lo desechan en la misma situación. En este sentido, sustituir la fecha de caducidad por una de consumo preferente, evitaría que se desperdicien estos alimentos.

Esta decisión, por tanto, ha sido bien recibida por varios expertos en seguridad alimentaria como la farmacéutica Gemma del Caño y el doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña. Eso sí, explican que esta medida se podía haber tomado hace años y que la fecha de caducidad de los yogures beneficia a los productores porque, de esta manera, obtienen más ventas del producto.

Una decisión lógica

Gemma del Caño ha explicado en su perfil de Twitter que esta decisión es "lógica". Los yogures tienen una serie de características que evitan que se echen a perder con facilidad. Según del Caño, el hecho de que la leche con la que se elaboran esté pasteurizada, que sean ácidos, que tengan bacterias beneficiosas que impiden que prosperen las patógenas  y que el producto esté bien cerrado y refrigerado, hace poco probable que el producto caduque en el fecha que viene impresa en el envase.

"La fecha de caducidad es aquella que, una vez finalizada, supone un riesgo para la salud. [...] En cambio, una fecha de consumo preferente es aquella que, una vez sobrepasada, pueden disminuir las características organolépticas del producto (olor, color, sabor, textura), pero no supone un riesgo para la salud. [...] Un yogur, por sus propias características debería de tener fecha de consumo preferente", razona del Caño.

Para Lurueña, la decisión también ha sido un acierto y coincide con del Caño en que las características del yogur lo protegen de microorganismos patógenos. Sólo encuentra un posible riesgo para la salud en los yogures y es que en ellos se haya desarrolla moho. Ahora bien, para ello el producto debe haber sido contaminado previamente: "es algo perceptible, muy poco frecuente y se puede solventar con una fecha de consumo preferente, igual que en un pan de molde", explica Lurueña.

Una vez pasada la fecha

Pero, si se trata de un cambio evidentemente necesario para los expertos, ¿cómo es posible que la medida llegue ahora y no antes? Tal y como recuerda Lurueña, muchas marcas de yogures han optado por poner fecha de consumo preferente antes que Danone desde 2013. En ese año, la responsabilidad de poner fecha —tanto de caducidad como de consumo preferente— a los yogures recayó en las empresas alimentarias que producían estos yogures.

Según explica la tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles, que la responsabilidad sea de la industria es una medida coherente. Esto se debe a que son ellos quienes escogen la materia prima y todas las demás variables del producto. "Para fijar la fecha se analizan todas las características del producto, desde el sabor a sus propiedades físico-químicas y microbiológicas, y se determina cuál es el límite. Es decir, se decide en qué grado puede deteriorarse y seguir siendo aceptable".

Los yogures, por tanto, no suelen deteriorarse en su fecha de caducidad y pueden consumirse una vez pasada. Ahora bien, tampoco es recomendable mantenerlo en nuestra nevera por tiempo indefinido. Según Gemma del Caño, lo más probable es que si abres un yogur que caducó hace mucho tiempo "no lo comas porque tiene mal aspecto", pero no porque haya más probabilidades de intoxicarte con él.

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