Si hablamos de comida rápida, o de los míticos establecimientos de hamburguesas que todos conocemos, no podemos dejar de hablar de dos grandes protagonistas: el kétchup y la mostaza, salsas no del todo saludables, especialmente la primera. Pero como todo, si buscamos encontramos, Y sí, en España, existen salsas de mostaza que son buenos procesados y que podemos encontrar en el supermercado. 

Dicho de otro modo, es posible encontrar salsas de mostaza que no tengan una gran cantidad de azúcares, ni de ingredientes que a veces no sabemos siquiera lo que son. Podemos encontrar mostazas o salsas de mostaza que no se engloban dentro de los llamados “ultraprocesados”. Aunque eso sí, lo mejor y lo más sano para nosotros sería hacer la salsa de forma casera, y como siempre, mejor si es con pocos ingredientes o con ingredientes de calidad, sin mucha cantidad de azúcar (incluso nada) ni de sal. 

Los ingredientes principales de la salsa de mostaza serían los siguientes: semillas de mostaza, vinagre, agua, sal, azúcar y cúrcuma (una especia aromática muy utilizada en la cocina). Y las recetas pueden variar según los gustos. Por ejemplo, podemos echarle miel (en esta receta encontrareis cómo hacer salsa de mostaza y miel) yogur, limón, etc. Y puede servir para todo tipo de platos: desde ensaladas a pescados o carnes. De hecho muy conocido es el famoso solomillo a la mostaza, o incluso como podemos ver en esta receta “la presa ibérica en salsa de mostaza”. 

Mejor, hacerla casera 

Una de las ventajas de esta salsa -siempre que la hagamos de forma casera- es que apenas aporta calorías: unas 84 calorías por cada 100 gramos de alimento. De hecho, y tal y como apuntamos aquí “las salsas de mostaza que más se acercan a la receta tradicional tendrán en torno a unas 85 calorías”.  

De este modo, y según explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, “el preparado de mostaza es una pasta espesa elaborada a base de semillas de mostaza molidas, de color amarillo o amarillo-amarronado con un fuerte sabor acre que se utiliza como condimento”, y que además “podemos encontrar durante todo el año”. 

En cuanto a sus valores nutricionales, la mostaza destaca fundamentalmente -en cada 100 gramos de alimento-  por su contenido en sodio (1252 mg), selenio (36 (µg) y vitaminas C (52,5 mg) y B12 (1 (µg). Otros valores relevantes serían el calcio (84 mg) y el potasio (130 mg). Así, podemos resumir, según este documento que “el preparado de mostaza tiene un porcentaje de agua alto (85%), hidratos de carbono (6,4%) y lípidos y proteínas casi en la misma proporción (4,4% y 4,7% respectivamente). En relación a los micronutrientes, el contenido de sodio y selenio es apreciable y constituye una buena fuente de vitaminas C y B12”. 

Las salsas del súper 

Decimos que la salsa de mostaza apenas tendría calorías si la hacemos casera, sin embargo, no sería si la compramos en el súper: es muy fácil encontrar en el mercado salsas muy calóricas que superan incluso las 265 calorías por 100 gramos. ¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de comprar una salsa de mostaza en el supermercado para que sea un buen procesado y no un ultraprocesado?

Tal y como explicó a EL ESPAÑOL Indira Paz Graniel, dietista-nutricionista y miembro adscrito a CIBEROBN, es importante tener en cuenta tres aspectos a la hora de comprar cualquier producto (no solo salsa de mostaza). Primero, el listado de ingredientes: cuantos menos mejor, y siempre irán en orden de mayor cantidad a menor; en segundo lugar observar por ejemplo en la tabla de información nutricional elementos como la sal o el azúcar (en ambas, cuanta menos cantidad, mejor) y por último evitar productos con azúcares añadidos, aceites refinados y harinas refinadas. 

En el caso de la mostaza, a modo de ejemplo, señalaremos cuatro salsas de mostaza que según la aplicación ‘MyRealFood’ del centro Realfooding del nutricionista Carlos Ríos, son consideradas como buenos procesados. (1) La salsa de mostaza a la antigua del Carrefour, cuyos ingredientes por orden de cantidad serían: agua, granos de mostaza de Borgoña, vinagre, vino blanco, sal, azúcar y especias. (2) La salsa de mostaza de Dijón de Día (agua, semillas de mostaza, vinagre de alcohol y conservador y acidulante). (3) La mostaza Dijón de Hacendado (agua, semillas de mostaza, vinagre, sal, acidulante y conservante) y (4) la mostaza de Dijón de la marca Maille (agua, semillas de mostaza, vinagre, acidificante y conservador). 

No debemos olvidar que uno de los grandes problemas de las salsas de mostaza del supermercado es la gran cantidad de sal que llevan (hasta 5 o 6 gramos) por lo que nos debemos abusar de ellas, sobre todo si tenemos problemas de hipertensión. Recordemos que un producto procesado se considera alto en sal si aporta más de 1,25g por cada 100g. 

Noticias relacionadas