Poseer un tipo de piel u otro puede ser una bendición o una maldición, dependiendo de las circunstancias. Si bien en verano la piel bronceada suele ser un factor protector, dado que cuesta más sufrir quemaduras, eso no significa ser completamente inmune a los perjuicios del sol ni se debe olvidar el uso de crema solar. Por otro lado, tener una piel más o menos oscura no evita sufrir algunos perjuicios ligados a la sensibilidad de la piel, como los enrojecimientos o las dermatitis. Aunque sí es cierto que las pieles más claras son más propensas a ello.

Ahora, un nuevo trabajo parece haber encontrado una nueva esperanza contra estos enrojecimientos dérmicos secundarios a la hipersensibilidad de la piel, algunos de los cuales pueden deberse incluso a reacciones alérgicas: comer moras.

Así lo sugeriría un reciente trabajo publicado en la revista Nutritents. En este caso, el estudio a cargo de los científicos de la Universidad Estatal de Ohio se centró en los casos de "hipersensibilidad por contacto", una situación donde el sistema inmune corporal reacciona de forma exagerada cuando una sustancia determinada toca la piel de una persona. Como resultado la epidermis, o capa más externa de la piel, sufre una inflamación, volviéndose roja e irritada.

Una dieta para la piel

Habitualmente en estos casos se suelen usar cremas o ungüentos basadas en corticoides para reducir la inflamación, pero los investigadores quisieron identificar un enfoque más natural, dado que en estudios anteriores se habría identificado que el consumo de moras podría reducir dicha inflamación.

Para ello, estudiaron dos grupos de ratones: al primer grupo le añadieron una porción de moras en la dieta de forma diaria, mientras que el otro grupo funcionó de grupo control. Cada porción de moras consumida era un equivalente reducido a lo que sería una porción habitual en humanos.

Tras llevar a cabo esta dieta enriquecida en moras durante 3 semanas, los ratones expusieron una oreja de cada animal a irritantes que les causarían reacciones de hipersensibilidad por contacto. Y, según sus hallazgos, los ratones que habían llevado a cabo una dieta rica en moras sufrían mucha menos inflamación que el grupo control.

Tratamientos naturales

Aunque el mecanismo de acción no está totalmente claro, los investigadores sospechan que este resultado se debería al hecho de que las moras modularían la actividad de las células dendríticas del organismo, las cuales son responsables de transmitir señales al sistema inmune para que produzca la conocida reacción inflamatoria. Durante el estudio se midieron diversas moléculas secretadas por parte del sistema inmune, las cuales se reducirían al interaccionar con las moléculas antiinflamatorias contenidas en las moras.

Como recuerda Steve Oghumu, profesor asistente de la Universidad Estatal de Ohio, el sistema inmune es muy complejo, con muchos factores a tener en cuenta. Por ello, empezar a conocer e identificar qué células son las que se ven afectadas por los efectos antiinflamatorios externos, como en este caso sería el consumo de moras, puede ayudar a mejorar los tratamientos preventivos en el futuro sin echar mano continuamente de fármacos potentes como los corticoides.

Además, recuerda, no todas las reacciones inflamatorias tienen por qué deberse a microorganismos patógenos o alérgenos, sino que también pueden darse respuestas inflamatorias sin motivo alguno, como es el caso de las enfermedades autoinmunes.

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