Cada vez somos más conscientes de que el pan blanco "de toda la vida" es, más que un alimento, un problema: un "gran problema", de hecho, en España, según explicaba Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra (UNAV), en una entrevista con este periódico. Se fabrica con carbohidratos refinados que suponen un "chute glucémico" vinculado a un mayor riesgo de obesidad, enfermedades derivadas como la diabetes de tipo 2 e incluso con el cáncer.

Así, el consumidor ha pasado a valorar mejor los panes integrales, que conservan los nutrientes presentes en la cáscara y el salvado del grano y que se pierden durante el refinado. En concreto, la valiosa fibra alimentaria, así como elementos fitoquímicos y minerales esenciales como el magnesio, el selenio y el cobre. Su índice glucémico es menor, por lo que no obliga al organismo a un esfuerzo de producción de insulina y dificulta la acumulación de grasa que el pan blanco facilitaría.

Sin embargo, hasta este verano, los panes que se comercializaban como "integrales" podían tener únicamente un 50% de esta harina sin refinar. La nueva norma de calidad del pan en vigor desde hace unos meses prohíbe llamar "integral" a cualquier producto que no esté elaborado en un 100% con harinas integrales. El "pan perfecto", de hecho, solo tendría otros tres ingredientes: agua, levadura y sal.

Es por eso por lo que hemos empezado a ver aparecer en los estantes del supermercado panes que especifican el porcentaje de harina integral que contienen. Los panes de hamburguesa "integrales" de la marca Hacendado que comercializa Mercadona, por ejemplo, han pasado a rebautizarse como "70% integrales". Pero al mirar el listado de ingredientes, los consumidores pueden comprobar que contienen solo un "41% de harina integral". Ante la confusión, las críticas y las dudas han aparecido en las redes sociales.

El caso de los panes de hamburguesa no es el único: en este caso, por ejemplo, otro cliente detecta una barra de pan "41% integral" en la que la "harina de trigo integral" solo supone el 29% del contenido. ¿Qué está pasando?

Como explica la cadena valenciana a estos usuarios, la norma indica que se debe informar cuál es porcentaje de la harina del producto que es integral. El "70% integral" de los panes de hamburguesa indica que hay un 70% de harina integral y un 30% de harinas refinadas. En total, la harina refinada supone un 41% del producto: el resto de ingredientes son el agua, otras harinas, levaduras, aceites, azúcares y conservantes.

Así lo explicaba con más precisión todavía Gemma del Caño, farmacéutica y divulgadora especializada en seguridad alimentaria:

Para evitar equívocos, Mercadona sí dispone de un pan 100% integral sin rastro de harinas refinadas. Se trata de una hogaza que cuesta 1,60 euros a la venta en su sección de panadería -eso, si no se ha agotado antes debido a la elevada demanda.

[Más información: La nueva normativa del pan: así es la barra que puedes comprar actualmente en el 'súper']

Noticias relacionadas