En los últimos años, las personas que siguen una opción alternativa de alimentación han aumentado. Se denominan a sí mismos como vegetarianos, cuando prescinden de la carne, o veganos, cuando, además, rechazan cualquier producto de origen animal. Además, existen otros grupos que cuentan con menos seguidores por ser más desaconsejables desde el punto de vista de la salud. Es el caso de crudiveganos y frugívoros.

Un alimento que todos estos consumidores rechazan es la carne y, algunos de ellos, los productos derivados de los animales. De hecho, muchas de estas personas cambian sus hábitos como denuncia hacia las condiciones y la instrumentalización del ganado. Consideran que la alimentación actual cuenta con un sobreaporte de proteínas de origen animal y que esto ha llevado a criar animales de manera intensiva y poco ética.

Pero, además, muchos de estos consumidores también eligen una dieta diferente por ser más respetuosa con el medio ambiente. Es decir, el tratamiento del ganado influye en el estado del suelo, en la emisión de gases con efecto invernadero y, además, en el malgasto de agua. Por todo ello, al eliminar de sus dietas la carne, sus dietas contribuirían a mejorar el medio ambiente. Sin embargo, puede no ser suficiente.

Un consumidor concienciado

La Fundación del Español Urgente (Fundéu), defensora de la buena gramática y ortografía del castellano en internet, ha dado a conocer esta semana una nueva denominación para un nuevo grupo de consumidores. Se trata de los climarianos. Se trata de un sustantivo que procede del inglés, climatarian. En el año 2015, el diario norteamericano The New York Times lo registraba de la siguiente manera.

"Una dieta cuyo principal objetivo es revertir el cambio climático. Esta opción incluye elegir alimentos producidos de manera local (para reducir el consumo energético del transporte), elegir carne de cerdo o de ave de corral en vez de vacuno o cordero (para limitar las emisiones de gases) y usar todas las partes de los ingredientes (corazones de manzana, corteza de queso, etc) para limitar los desperdicios de los alimentos".

Además, la Fundéu explica que el término climatarian está recogido actualmente en el diccionario de Cambridge. Este término también se haría extensivo a aquellas personas que "intentan calcular su huella de carbono y tratan de minimizarla cambiando los hábitos de su vida cotidiana". Por esta razón, hay muchos usuarios de las redes sociales que han explicado que los buenos climarianos deben preocuparse, también, de reducir su consumo de plástico. Precisamente, el supermercado es uno de los establecimientos comerciales que más plástico distribuye.

¿Los salvadores del planeta?

La definición de climariano encajan especialmente bien con las últimas recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El organismo se pronunció a principios del mes de agosto sobre la necesidad de cambiar ciertos hábitos de consumo para mejorar las expectativas sobre la crisis climática. De hecho, uno de los aspectos que la ONU señaló en mayor medida fue el sobreconsumo de alimentos. Alerta que entre el 25 y el 30% de la comida que se produce en el planeta termina en la basura.

Desde que comenzó a emplearse este término, los hispanohablantes no se ponían de acuerdo en cuanto a cómo expresarlo en su idioma. Climatariano o, incluso, el anglicismo climatarian eran utilizados con frecuencia. Sin embargo, la Fundéu ya ha expresado cuál es el término correcto: climariano.

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