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    Elegir una alimentación sana sin querer cocinar, ¿misión imposible?

    El dietista nutricionista Carlos Ríos ha acuñado el término real food (comida real, en inglés) para definir la alimentación más saludable, la más alejada del concepto ultraprocesado. Pero las prisas, sobre todo, e incluso la precariedad económica, hacen a veces difícil optar por comida hecha en casa. Es entonces cuando se acude al supermercado o a la máquina de vending, donde puede ser difícil elegir algo sano. Fijarse en los ingredientes, y optar antes por el procesado sano que por el ultraprocesado, es lo más recomendable. Para evitar estos últimos, hay que desechar los productos conmás de cinco ingredientes en la etiqueta, entre ellos azúcares, harinas y aceites vegetales refinados, aditivos y sal. 

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    Alimentos 'caseros' envasados

    Uno de los reclamos más utilizados a la hora de vender un producto ultraprocesado es que es "casero". Así, el consumidor cree que está comiendo algo bueno para la salud y es más fácil que se olvide de echar un vistazo a la lista de ingredientes. Las albóndigas son uno de los ejemplos más claros. Se elaboran con carne procesada, pero además éste ingrediente no es en muchos casos el mayoritario. Las salsas que las acompañan suelen estar cargadas de azúcar y son ricas en sal. En definitiva, algo no recomendable para la dieta diaria y, ni mucho menos, algo que se pueda definir como comida sana. 

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    Barritas de cereales

    Además de las barritas sustitutivas, que algunas personas adquieren erróneamente para intentar perder peso sin saber que están comprando ultraprocesados con un alto contenido en azúcares, también existen  las llamadas barritas de cereales, que se recomiendan más como alimento para consumir entre horas y una alternativa saludable a productos mucho más insanos, como las patatas fritas de bolsa. Sin embargo, basta de nuevo echar un vistazo a su listado de ingredientes, para encontrarnos con más ingredientes de la cuenta -los que las convierten en ultraprocesados- y, en muchos casos, también azúcar de más. 

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    Tortitas de arroz

    Este tentempié que se suele anunciar con el reclamo "sólo X calorías por tortita" tiene truco: al ser un alimento lleno de aire, no llena ni sacia, por lo que es fácil que se consuma más de una ración. Pero además, tal y como advierten los nutricionistas, suelen llevar un exceso de sal, además de incluir productos refinados y aceites de poco interés nutricional. 

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    Sandwiches de máquina

    Es innegable que la visita a una máquina de 'vending' puede ser deprimente para cualquiera que tenga en cuenta su salud. Pero, entre un panorama desolador lleno de bollería industrial, patatas fritas y dulces, un sandwich puede parecer un oasis de salubridad, por muy envasado que esté. De nuevo, basta con echar un vistazo a la lista de ingredientes para ver que se trata de un alimento ultraprocesado, elaborado casi siempre con pan industrial con harinas refinadas, queso que no es queso, jamón york que no es jamón, azúcares y salsas de todo tipo. En román paladino: comida rápida insana

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    Yogures con frutas

    El yogur es un producto que ya de por sí tiene fama de saludable, a pesar de los estudios que han demostrado que, en general, están cargados de azúcar. Pero si sumamos un concepto que ya de por sí tiene fama de sano, otro que lo es, como la fruta, la mezcla es irresistible para cualquiera que quiera cuidar su salud. De nuevo, los nombres llevan a engaño, aunque los yogures con frutas llevan frutas, éstas están presentes en cantidades ínfimas y para conservarlas los fabricantes recurren a añadir más azúcar, lo que hace que la fruta se parezca más a una mermelada que al producto original.