La Semana Santa comenzó con un anticipo de un verano cálido y seco, y terminó con un temporal de Levante que ha batido récords históricos, logrando desplazar en protagonismo informativo a la que hasta entonces era la anomalía más destacada: una campaña electoral entre torrijas y nazarenos. Este domingo, los españoles están llamados a las urnas y, por inverosímil que parezca todavía al mirar al cielo en algunas regiones, parece que la meteorología se aliará con el 28-A para facilitar una alta participación.

El paso de los frentes fríos y húmedos impulsados por una borrasca atlántica que han marcado la primera mitad de la semana irá en remisión el viernes, informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Todavía se pueden esperar lluvias por la mañana en el extremo norte peninsular que podrían extenderse por la tarde en el interior del Cantábrico oriental. Galicia, Asturias, Cantabria, el norte de Castilla y León y el Pirineo catalán y aragonés pueden esperar algo de precipitaciones y nieve a partir de los 1.000 metros. Será menos probable, pero posible, en el País Vasco y la Rioja.

En la velada del viernes, la situación de estabilidad sería predominante en la Península y Baleares, con cierta situación de nubosidad aún persistiendo en Canarias. Todavía podrían producirse algunas precipitaciones débiles el sábado por la mañana en el norte de Galicia y zonas del Cantábrico, sin descartar "algún chubasco aislado en el interior nordeste de Cataluña", precisa Aemet, asociadas a una borrasca que atraviesa las Islas Británicas. El resto de regiones disfrutarán de cielos despejados o con nubosidad de evolución.

Podrá, de hecho, volver a asomar la manga corta. Se espera, efectivamente, un "aumento casi generalizado" de las temperaturas, que podrá ser "localmente notable en el oeste y centro de la Península" según los meteorólogos. "Ya para el sábado tendremos a Madrid con 20 grados, temperaturas de más de 20 ºC en el Mediterráneo, suaves también en las zonas del norte y, en el valle del Guadalquivir, ya se darán los 27 ºC en capitales como Sevilla", explica Mario Picazo en su previsión para eltiempo.es.

El domingo, veremos a candidatas y candidatos depositar su papeleta con ropa ligera: el aumento de las temperaturas diurnas prosigue y alcanza los 21 ºC en Vigo, los 22 ºC en la capital y los 27 ºC en Badajoz, mientras el Sur y el Levante se mantienen altos. Barcelona seguirá más fría, con un máximo de 17 ºC, y es posible algún chubasco disperso en el este de Cataluña. La estabilidad está prácticamente garantizada para el resto. 

Como si se tratase de una metáfora política, sin embargo, el lunes de resaca electoral  amanecerá todavía estable. Pero mientras los cargos electos estarán trazando estrategias y pactos para la legislatura, la probable aproximación de un nuevo frente atlántico introducirá incertidumbre y posibles precipitaciones en Galicia y Cantábrico occidental, que podrían extenderse al resto del extremo norte. Canarias también puede ver llover en el norte de las islas de mayor relieve mientras que los valles del Guadalquivir y Guadiana verán el termómetro subir hasta los 30 ºC.

¿Afecta el mal tiempo a la participación? 

Analizar hasta el último detalle de la jornada electoral es una obsesión de políticos y periodistas, y la meteorología no queda excluida de la ecuación. La evidencia empírica, en cambio, se reduce a un puñado de estudios estadísticos dispersos según el país. Los efectos del tiempo no son tampoco los mismos según la tradición democrática de cada nación: los votantes suecos, por ejemplo, parecen ser inmunes a la lluvia mientras que los canadienses parecen votar más cuando hace calor.

En Alemania y en EEUU, el mal tiempo parece contribuir a que los votantes progresistas se queden en casa mientras que los conservadores, más disciplinados, se abran paso hasta el colegio electoral y cumplen con su deber ciudadano. ¿Y en España? La referencia es el artículo que Joaquín Artés Caselles, profesor Economía Aplicada, Pública y Política de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), publicó en 2013: Meteorología y resultados electorales en las elecciones locales españolas.

Artés Caselles contrastó datos de participación de las siete elecciones municipales entre 1987 y 2011 del Ministerio de Interior con los de más de 3.000 estaciones de medición de la Aemet. Los comicios más lluviosos, como lso del 13 de junio de 1999 y los del 27 de mayo de 2007, registraron hasta "medio punto porcentual" de participación menor en las localidades donde llovió frente a las que no, y "el PP resultaría beneficiado por las malas condiciones meteorológicas mientras que los partidos de izquierdas resultarían perjudicados". Hay que recordar que el Partido Popular era la principal opción conservadora a nivel nacional en la época estudiada.

Un temporal 'sin precedentes'

Por último, Aemet informa sobre el último temporal de Semana Santa que "no hay precedentes históricos en primavera de un episodio de meteorología adversa de Levante que destaque tanto por la intensidad y persistencia de las precipitaciones como por la gran extensión de área afectada".

Según sus datos, en solo cinco días se ha registrado el doble de precipitaciones de lo habitual en una primavera convencional, y además durante los días 17 y 22 de abril se contabilizaron 12.282 descargas procedentes de rayos.

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