Pablo García Santos

Medio ambiente

El 'milagro' del lince: así ha logrado España pasar de 100 a 1.668 ejemplares en sólo 20 años

El investigador del CSIC José Antonio Godoy cree que el lince ibérico sería una especie en extinción si no hubiera habido intervención humana.

8 julio, 2023 02:39

En España hay 101 especies en peligro de extinción. Una de las más conocidas —por no decir la que más— es el lince ibérico. Este felino se encuentra en régimen de protección desde 1990, pese a que en los últimos 20 años la población ha pasado de unos 100 a 1.668 ejemplares (1.105 adultos y 563 cachorros), según el censo de lince ibérico de 2022 que ha elaborado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

"El objetivo final es que la población sea viable a largo plazo, y todavía no nos encontramos bajo esta situación". Quien habla es el investigador José Antonio Godoy. Junto con sus compañeros de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), ha publicado un estudio en el que estima que la viabilidad genética del lince ibérico se alcanzaría con al menos 1.100 hembras reproductivas. O lo que es lo mismo, triplicar el último censo, en el que se registraron un total de 326.

Godoy prefiere no jugársela con una previsión, aunque se muestra optimista. "La tendencia es favorable. Si hemos sido capaces de multiplicar por 10 las hembras reproductoras, ¿por qué no vamos a poder triplicar el número actual?", se pregunta. Este incremento, que ha sorprendido a los expertos, también se ha producido en los cachorros. Así, de los 74 que nacieron en 2012 se ha pasado a 563 en sólo 10 años; llegando incluso a superar la cifra de hembras reproductoras a partir de 2016.

Llegar hasta estos datos no ha sido una tarea fácil. El punto de inflexión se produjo en 2003, cuando apenas quedaban 150 ejemplares vivos en España. Aquel año un comité internacional se reunió en Doñana para evaluar los planes con los que salvar a esta especie. El lugar del encuentro no era casual. Se trataba del único espacio, junto con el Parque Nacional de Andújar, en el que había poblaciones de lince ibérico con capacidad para reproducirse.

El resultado de aquella comisión fue —cuando menos contundente: calificaron la situación de la especie de dramática y catalogaron a esta especie como el felino más amenazado del mundo. "Si no hubiera existido la intervención humana, ahora hablaríamos del lince ibérico como una especie en extinción", sentencia Godoy en referencia a los primeros años de este siglo.

Cómo se obró el 'milagro'

Una de las principales tareas que se llevó a cabo fue la creación de un Programa de Conservación Ex-situ en 2005. Con esta decisión, ya no sólo se trataba de evitar la extinción del lince ibérico con los trabajos en el campo, sino que también se iba a llevar a cabo fuera de su hábitat. Se constituyeron entonces tres centros de cría: el del Acebuche (en el Parque Nacional de Doñana), el de Zarza de Granadilla (Cáceres) y el de La Olivilla (Jaén).

A estos hay que sumarles el que se encuentra en Portugal, el centro de Silves. Todos ellos tienen población cautiva, a diferencia del zoobotánico de Jerez de la Frontera, del que se saca cada año una camada, como indicó Maite Ríos, coordinadora técnica del centro cacereño en declaraciones a El País.

"Los resultados de este programa han sido muy positivos", valora Godoy. No sólo porque se haya evitado la extinción de la especie, sino porque han conseguido que las poblaciones crezcan y sobre todo que se creen nuevas en aquellos enclaves geográficos donde el lince ibérico desapareció a finales del siglo XX.

Los primeros asentamientos naturales se iniciaron en Guarrizas y Guadalmellato en el año 2006. A día de hoy, están plenamente consolidados, con al menos 15 hembras reproductoras, según el proyecto Life Lynxconnect, que gestiona la recuperación del lince ibérico en España y Portugal.

Entre ambos países, se han creado 21 subpoblaciones con 1.668 ejemplares; añadiendo los de Doñana y Andújar. Esta última es en la que se censó el mayor número de ejemplares en 2022, con 268. Además de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, el lince ibérico también ha regresado a la Región de Murcia con ocho ejemplares, tres de los cuales ya han sido liberados.

Pese al riesgo que pueda existir al criarlos en cautividad, lo cierto es que el lince se ha comportado mucho mejor en el campo de lo que se esperaba. La supervivencia ha sido del 70%, cuando las estimaciones giraban en torno al 50%. "Esto es gracias a la crianza que se realiza. Por ejemplo, se les evita dar la alimentación de forma periódica para que no se acostumbren. La madre les enseña a cazar y se les refuerza para que rehúyan de lo humano", explica Godoy.

"Una recuperación espectacular"

Varios medios de comunicación se hacían eco el pasado mes de una imagen histórica: el primer lince ibérico fotografiado en la Comunidad de Madrid desde hace 30 años. Godoy asegura que es una muy buena noticia, puesto que significa que muchos linces abandonan la población en la que nacieron.

El trabajo en el que ha participado este investigador advierte que todas las poblaciones deben estar conectadas entre sí. Y no sólo eso, al menos tres de ellas deben ser grandes poblaciones, con unas nueve o diez que fueran adicionales. Lo que recomienda evitar es que permanezcas aisladas. "Éste es un gran desafío para la conservación del lince ibérico".

Y es que los cachorros suelen ser ejemplares endogámicos en las poblaciones pequeñas. "Así se puede perder la diversidad genética a largo plazo. Probablemente, este haya sido uno de los problemas que tuvo el lince ibérico en el pasado, como ya vimos que ocurrió en Doñana", señala Godoy.

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El lince ibérico, de hecho, es una de las especies con menor diversidad genética de las que se conocen. Es por este motivo por el que el programa de cautividad resulta imprescindible, ya que permite seleccionar qué ejemplares se cruzan. Según el investigador de la Estación Biológica de Doñana, ha sido la base de la espectacular recuperación del lince ibérico en los últimos años que ha provocado incluso que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reduzca el nivel de alerta sobre esta especie. 

Cazando linces desde 1902

Ahora bien, la posible extinción del lince ibérico hace unos años no fue únicamente debido a su reducida diversidad genética. También influyeron otros factores humanos. "Parte de los problemas durante la última mitad del siglo XX es que lo hemos perseguido. Había campañas gubernamentales que, bajo el amparo de que suponían una amenaza para la caza, fomentaban la erradicación de algunas especies. Entre ellas, el lince ibérico. Y casi lo consiguieron", recuerda Godoy en clara alusión a la Ley de Caza que desde 1902 permitió la eliminación del lince en cualquier época del año. 

Sin embargo, la situación crítica de este animal va más allá de la derogación de dicha normativa, que se produjo en 1970. Una década antes la enfermedad vírica de la mixomatosis causó una reducción del 90% de las poblaciones de conejo. "El lince ibérico no se puede criar si no hay una densidad suficiente de conejo", apunta Godoy. El investigador reza porque no venga otra epidemia que afecte a esta especie, ya que se podría ver interrumpida la recuperación del lince ibérico.

De momento, este felino se recupera gracias al esfuerzo de conservación que, como indica Godoy, se lleva realizando de manera continuada y sostenida en el tiempo. "No hemos llegado al punto en el que la población no necesite nuestro apoyo. Pero estamos en el camino", concluye.