El cambio climático es un tsunami que, de no poner tierra de por medio de manera inmediata, podría acabar arrasándolo todo. La enésima prueba de ello es la última investigación que ha publicado la NASA, en la revista Geophysical Research Letters. Según la agencia norteamericana, la cantidad de calor que atrapa la Tierra procedente del Sol se ha duplicado en apenas 15 años, desde 2005. Este desequilibrio energético está provocando que el planeta se caliente (más aún) y se encamine hacia el desastre.

"La magnitud del aumento no tiene precedentes. La tierra se está calentando más rápido de lo esperado", dice Norman Lobe, científico de la NASA y autor principal del estudio, en declaraciones al periódico Washington Post. Para llegar a esta conclusión, Lobe y su equipo compararon dos mediciones independientes. Por un lado, la cantidad de energía radiactiva del Sol que se absorbe en la atmósfera, y por otro, la cantidad de radiación infrarroja térmica que la Tierra emite al espacio. Cuando la cifra resultante de este equilibrio es positiva, el planeta absorbe más calor del que irradia hacia el exterior y se produce el calentamiento global y otra serie de problemas.

"Los aumentos en las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano atrapan el calor en la atmósfera, capturando la radiación saliente que, de otra forma, escaparía al espacio", explica la NASA en un comunicado. Este calentamiento genera otros cambios, como el derretimiento de la nieve y el hielo de los polos, el aumento del vapor de agua y los cambios en las nubes. Así, el desequilibrio energético de la Tierra es el resultado del efecto neto de todos estos cambios. 

Según detalla el estudio científico, la Tierra absorbe alrededor de 240 vatios por metro cuadrado de energía solar. En 2005, nuestro planeta era capaz de irradiar (expulsar) 239,5 de esos vatios, por lo que acumulaba medio vatio. Actualmente, esta cifra se ha duplicado y la tierra acumula un vatio de energía solar por metro cuadrado. Los investigadores también tuvieron en cuenta la Oscilación del Pacífico Norte (la variación del clima del Pacífico que alterna fases de calentamiento y de enfriamiento cada 20 o 30 años). 

"Esta variabilidad interna que ocurre naturalmente en el sistema de la Tierra puede tener efectos de gran alcance en el clima", dice la NASA. Así, una de las fases más cálidas de la Oscilación del Pacífico Norte tuvo lugar en 2014 y se prolongó hasta 2020, provocando una reducción generalizada de la cobertura de nubes sobre el océano y un importante aumento correspondiente a la absorción de radiación solar. "La magnitud del aumento no tiene precedentes", insiste Loeb. 

El científico advierte de que este estudio es sólo una instantánea relativa al cambio climático a largo plazo y que no es posible predecir con certeza la variación de este desequilibrio en las próximas décadas. Sin embargo, las previsiones no son muy halagüeñas. El trabajo concluye que, a no ser que disminuya la tasa de absorción de calor, los cambio climáticos que ocurrirán en los próximos años serán aún mayores que los que ya se están produciendo. 

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