El Gobierno previsiblemente aprobará este martes 19 de mayo el anteproyecto de Ley de Cambio Climático que pone fecha a la desaparición de los vehículos que no sean cero emisiones en 2040 y que establece objetivos para alcanzar la neutralidad climática "a más tardar en el 2050". La neutralidad de carbono se consigue cuando la resta de los gases de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera menos los capturados por la naturaleza es igual a cero.

Una vez aprobado por el Consejo de Ministros, el proyecto de ley climática, que defiende la ministra Teresa Ribera, se remitirá para su posterior debate en el Congreso. Ésta ley, una de las prioridades del Ejecutivo de Pedro Sánchez, cuyo compromiso era remitirla a las Cortes durante los cien primeros días de mandato, ve ahora la luz tras el retraso motivado por la crisis sanitaria y social de la COVID-19.

Vehículos cero emisiones

Así, el borrador al que ha tenido acceso EFEverde, señala que en materia de movilidad sin emisiones, "se adoptarán medidas para alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2".

En su título cuarto, referente a la movilidad sostenible, y con vistas a alcanzar en 2050 "un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2" el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima "establecerá para el año 2030 objetivos de penetración de vehículos con nulas o bajas emisiones directas de CO2 en el parque nacional de vehículos según sus diferentes categorías".

Para ello se prevé medidas "de acuerdo con la normativa de la Unión Europea", para que "los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que, no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0g CO2/km". Así, los coches nuevos no podrán emitir CO2 en 2040.

Protege Madrid Central

Igualmente se establece que los municipios de más de 50.000 habitantes cuenten con zonas de bajas emisiones, como Madrid Central, no más tarde de 2023 y se impulsen medidas de mejora de transportes públicos y desplazamientos por otros medios como a pie o bicicleta. 

Además, cualquier medida que suponga una regresión de las zonas de bajas emisiones ya existentes deberá contar con el informe previo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y del órgano autonómico competente. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, intentó desmantelar la zonas de bajas emisiones de la capital, pero la maniobra fue frenada por los jueces. 

Actualmente el sector del transporte por carretera supone el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero y para cumplir los objetivos del Acuerdo de París se fijan objetivos intermedios como reducir en el año 2030 las emisiones para el conjunto de la economía española en, al menos, un 20% respecto a los niveles de 1990.

Para ello en 2030 , al menos, un 70% de la generación del sistema eléctrico deberá provenir a partir de energías de origen renovable y suponer, en el consumo de energía final en torno a un 35%.

Descarbonización en 2050

Con todo esto, el objetivo principal de la ley es sentar las bases para la descarbonización del país en 2050, cuando el cien por cien de la generación de electricidad deberá ser renovable.

Un balance cero de dióxido de carbono es esencial para que el irreversible aumento de la temperatura del planeta, generado principalmente por las emisiones del hombre de gases de efecto invernadero, se quede en 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales a final de siglo, lo que supondría un marco seguro. Éste es el principal objetivo del Acuerdo de París, firmado por cerca de 200 países. De seguir emitiendo como hasta ahora, las previsiones científicas señalan un aumento de tres a cinco grados para 2100. 

El texto, que debe permitir que España cumpla los compromisos internacionales como el Acuerdo de París, incorpora dos herramientas fundamentales de gobernanza de clima y energía: los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC) y la Estrategia de Descarbonización a 2050, ambas determinantes para asegurar los objetivos y metas para el año 2030 y para el largo plazo. 

Respecto a la exploración de combustibles fósiles, el borrador señala que no se otorgarán nuevas autorizaciones de exploración, permisos de investigación de hidrocarburos o concesiones de explotación. Se contempla el fomento de gases renovables, incluyendo el biogás, el biometano, el hidrógeno y otros biocombustibles, además de impulsa objetivos de combustibles alternativos sostenibles en el transporte aéreo.

En sintonía con Europa

La ley apuesta por la transición justa y prevé también crear un Comité de Expertos de Cambio Climático y Transición Energética que será encargado de evaluar y hacer recomendaciones sobre las políticas y medidas de energía y cambio climático

El borrador que consta de treinta y seis artículos distribuidos en nueve Títulos, recuerda que la Comisión Europea ha propuesto una Ley del Clima europea y establece un proceso de transparencia y rendición de cuentas en línea con los ciclos de revisión del Acuerdo de París.

Para cumplir con esos objetivos en el año 2030, la Unión Europea estima que debe movilizar unas inversiones anuales adicionales de unos 180.000 millones de euros. 

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